10 mayo 2006

EL "CASO BONO" Y LA LEGITIMACIÓN DE ORIGEN

Tres policías han sido condenados a penas de prisión por la detención ilegal de dos militantes del PP. Una “desmesura total”, según El País. No entiendo que la defensa del Estado de Derecho sea una desmesura total, pero como en España ya vale todo y hasta Pepiño quiere canonizar a Otegi, pues bueno, aceptemos al menos que los polis han sido cabezas de turco y los políticos se han ido de rositas, como siempre. Sólo el delegado del Gobierno en Madrid, el famoso contador de manifestantes Constantino Méndez, ha pagado los platos rotos, pero los peces gordos han escurrido el bulto: Bono, que nunca fue agredido físicamente en la manifestación de las víctimas del terrorismo (hecho reconocido por sus propios escoltas), y que empezó este embrollo, y Alonso, ministro del Interior cuando se produjeron las detenciones. Bono hizo mutis cuando vio venir el marrón, y el actual titular de Defensa afirma que no hubo consignas políticas y que no piensa dimitir. ¿Os imagináis que hubiera ocurrido si el Gobierno hubiese sido del PP y los detenidos del PSOE? El acabose. Un millón de personas en la calle, según conteo a lo Barrio Sésamo para no errar, con Pilar Bardem atada a uno de los árboles de Recoletos; Rubalcaba quemando su móvil con el “pásalo” para que los progres lleven torres de asedio y catapultas a las sedes populares; muerte civil de todos los fachas, que además deben ponerse un cilicio para expiar sus culpas; advenimiento de la III República y recuperación de la memoria histórica versión Zapatero... Y todo ello bendecido por don Jesús del Gran Poder. Al fin y al cabo, esta izquierda tiene legitimación de origen, vamos, que no mordió la manzana en el paraíso y es depositaria vitalicia de todos los valores éticos, dice la verdad incluso cuando miente, realiza actos totalitarios por el bien común y sus corruptelas y crímenes de Estado sólo son pecados veniales.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué barbaridad! Cuantas acusaciones!. Yo creía que también la presunción de inocencia formaba parte del Estado de Derecho. En cualquier caso, la detención de particulares por motivos políticos me parece impresentable en una sociedad como la nuestra. Nuestra dictadura terminó, gracias a Dios; el muro de Berlín fue desmantelado... Por todo ello, prefiero pensar, inocente de mí, que la pertenencia al PP de los detenidos es una casualidad y no una causalidad de la detención. A lo mejor, Mike, tenías razón. Los años, o la prosperidad, como tú decías un día, nos conducen a ser conformistas. Pero, de verdad, tengo que hacer un ejercicio de imaginación demasiado fuerte para mi mediocridad para pensar en persecuciones contra una pobre gente de Las Rozas.

Riddleman

Mike Muddy dijo...

Pues yo que tú me caería del guindo, porque lo de la "casualidad" no se lo cree ni mi hija de 4 años
;-)
"El ministro quiere detenciones, y las habrá", dijo el comisario. Insisto: en muchas cosas que están pasando es bueno hacer el ejercicio mental de intercambiar los papeles de los actores.

Anónimo dijo...

Hay cosas en las que no se pueden cambiar los actores. En el PP nunca dimitió nadie, ni siquiera un delegado del Gobierno. El Pp nunca se equivocó. No seas "pujalte" mikemuddy, que aparentas más talla (no sé si física).

Mike Muddy dijo...

El PP se equivocó un huevo, y cuando quieras te hago un listado (Irak, gestión del Prestige, soberbia por la mayoría absoluta), pero no recuerdo que ordenara detenciones políticas ni montara un GAL. Ahora es el PSOE quien tiene la responsabilidad de gobierno, y de sus cagadas no cabe responsabilizar a la oposición, me temo.

Anónimo dijo...

Seguramente me tendré que caer del guindo. Mi abuela, mujer muy sabia salmantina, me decía “de maduro”, que puede tener alguna connotación al uso (la madurez aunque no implica necesariamente tener razón si conlleva experiencia, visión global). Lo que seguro que no voy a hacer es preguntarle al respecto a mi hija también de 4 años para no educarle en la idea de las dos Españas. Ya lo pasaron bastante mal nuestros padres y abuelos. En cualquier caso, no sé de dónde deduces que si hubiesen estado otros, mi forma de pensar hubiese cambiado. En absoluto, y me reafirmo en lo dicho, me niego a pensar que en nuestra España actual existan persecuciones políticas. Soy así de ingenuo como quiero que siga siendo, de momento, mi hija.

Riddleman