31 enero 2010

EL HOMBRE QUE HACE LLORAR A LOS DEMÁS HOMBRES

Andy Murray: "Puedo llorar como Federer, pero no puedo jugar como él".

Dieciséis Grand Slam... y Rafa Nadal, su único antídoto fiable, lleva meses de lesión en lesión.

30 enero 2010

FERNANDO

La vida es muchas cosas, pero también es obscena. Digo esto por echarle la culpa a alguien, o a algo, porque hace tiempo que me harté de cargarle los muertos a un supuesto ser superior. En nuestro afán por atar cabos tiramos de los vicios, la genética, la probabilidad o lo que sea, aunque en realidad no tenemos ni puta idea de nada. La cuestión es que Fernando Rubio ya no está. La vida es un prestidigitador que nos enseña la carta con el rostro de un ser querido y, un segundo después, la hace desaparecer. Así de simple. Así de obsceno. El día de autos amanece resplandeciente y limpio, y en la ruta hacia el tanatorio podemos contemplar las cuatro torres de la Castellana y la sierra en lontananza, menos blanca de lo previsto después de tantos frentes siberianos. Alexis suelta una verdad de Perogrullo: "Fernando ya no podrá disfrutar de la nieve. Hay que joderse". Estas verdades simples son una espita para la rabia. Alexis está preocupado: alguien tiene que escribir el obituario en el periódico. Le digo que no faltarán letras y manos que las junten, y que el resultado será digno, aunque con un punto de falsedad: cuando una persona muere tan joven lo que dejó de hacer es, al menos, tan importante como lo que hizo.

Fernando era un tipo cariñoso y jovial, un flaco porteño del River al que le jodía que mis visitas a Buenos Aires incluyeran siempre La Boca y, en consecuencia, la Bombonera, pero qué querés de un aficionado del Atleti, somos así de desgraciados. Durante más de veintidós años he tenido con él negociaciones y peloteras, he echado risas y puntuado a las becarias, he disfrutado y padecido este oficio de nuestros pecados, porque Fernando era tan periodista como ilustrador. Nunca olvidaré sus trabajos para aquella impagable sección de Sucesos dirigida por Ricardo Domínguez, esas reproducciones de los hechos con rigor forense y encanto gótico. Desde la prehistoria en Serrano, con las aparatosas e inclinadas mesas de ilustrador con el flexo que se ha convertido en el logo de Pixar, hasta los tiempos de la revolución tecnológica (de repente, los dibujos empezaron a llamarse infografías y desaparecieron los lápices, las plumillas y el cúter), el protocolo no ha variado sustancialmente. "¿Una doble? ¿Y para cuándo dices que la quieres? Imposible, los chicos están hasta arriba". Y uno se encogía de hombros y le decía: "Piénsatelo". Al rato el artista aparecía con un boceto que terminaba convirtiéndose, horas o días después, en un elemento imprescindible del reportaje -muchas veces el único anzuelo que picaba el lector-, pese a que los reconocimientos (desde la aparición de la firma del dibujante junto a la del redactor hasta los premios cosechados en foros de diseño) son conquistas recientes. Fernando sabía, no obstante, que la edad de oro de la infografía en prensa, que tuvo su punto álgido durante la primera Guerra del Golfo con aquellas dobles páginas llenas de aviones, tanques y soldados, había llegado a su fin, arrastrada por crisis propias y compartidas. Hace dos meses, en la VI Cumbre de Diseño de Prensa celebrada en Córdoba, Fernando, ya cercado por la enfermedad aunque nadie ajeno lo hubiera dicho, señalaba que con la reducción del espacio en el papel la tendencia era crear pequeñas píldoras informativas. El nuevo horizonte se abría en la red, añadía, donde el espacio es infinito y de un gráfico pueden surgir varias piezas, un vídeo, una foto, un link... lo que sea. Pienso ahora lo que hubiera disfrutado con el iPad y otros juguetes que están por venir, gadgets que tal vez salven el culo a la prensa. El flaco conservaba sus viejas herramientas de artesano, pero estaba dispuesto a reinventarse para sobrevivir en el remolino, igual que sus compañeros de almuerzo y tertulia, porque nunca se rindió ante los malos presagios, nunca se puso fecha de caducidad. Fernando amaba la vida a pesar de su obscenidad.

En la redacción de ABC me consta que hay gente que echa vistazos furtivos al rincón de Fernando esperando verlo allí; incluso hay quien cree haber escuchado su voz estos días. Instalados como estamos en una suerte de realismo mágico cualquier cosa es posible. Tecleo las últimas palabras mientras miro el único recuerdo material que conservo de él. Un regalo que ahora se ha convertido en un tesoro, un dibujo del Everest que hizo para un reportaje que escribí en la añorada revista Blanco y Negro a finales de los 90: ahí está la cascada de hielo del Khumbu, el Collado Sur, el Lhotse y, por supuesto, el Chomolungma, la "diosa madre del mundo". A Adriana y las chicas les espera una larga y dura travesía hasta la cumbre, pero sus familiares y amigos las incluirán en su cordada para que no caigan en las grietas de la desesperación. "¿Dónde estará Fernando?", le pregunto a Alexis cuando abandonamos el tanatorio. "No sé", contesta. "Pienso que está... cómodamente adormecido". Y al rato caigo que ése es el título de una canción de Pink Floyd que nos gusta a ambos.

Recuerdos de sus amigos aquí y aquí.
El blog de Fernando. Su web.
Obituario en ABC. En El Mundo.
Un tributo a Fernando.

Algunos de sus dibujos:





Post scríptum: CG, dibujante de ABC, recuerda uno de los últimos trabajos que hizo Fernando antes de coger la baja: una portada para el D7 en la que aparecían dos "gangstas" hispanos y en donde añadió un guiño poco habitual en él. En el muro rotuló los nombres de su mujer (Adry), de sus hijas (Juji y Andy) y el suyo propio (Fer).

26 enero 2010

EL DÍA QUE OLVIDAREMOS HAITÍ

Unos turistas descienden de uno de esos barcos de veinte pisos a una playa caribeña. Algo aparentemente normal. Hasta que el locutor de la tele dice que la playa es haitiana. Me quedo estupefacto. La noticia sigue. Al parecer, la compañía de cruceros ha decidido no interrumpir sus escalas en la isla porque "mantener el negocio es la mejor forma de contribuir a la economía haitiana". Dios mío... ¿qué economía? La siguiente información no disminuye mi nivel de alarma: los bancos cobran comisiones por las donaciones a Haití. Sale un tipo de una organización de consumidores metiendo caña. Devolverán la pasta a quien lo solicite. O sea, a casi nadie. Necesitamos dos vidas, lo digo siempre, una para vivirla y otra para litigar con todas las especies de cabrones que habitan en el mundo y que jamás se extinguen. Pienso que "mantener las donaciones es la mejor forma de contribuir a la economía de los bancos".

Hace unos días, un fotógrafo de esos que hace fotos de autor recibió una llamada de su agencia para replegarse. El pescado está vendido. Es decir, los cadáveres se parecen unos a otros. Pasa lo mismo con las ruinas. El escenario se traslada al primer mundo solidario. En Canadá se sientan las bases para construir "un nuevo Haití" en diez años. Los héroes de los escombros cuentan su experiencia desde casa. Los primeros niños adoptados llegan a España. Mañana, o pasado, nos harán una encuesta y diremos que el paro y los políticos son nuestras principales preocupaciones. Me sorprenden esos barómetros. Incluso en tiempos de bonanza los españoles no citan jamás, entre las cuestiones que les atormentan, la pobreza, el hambre, la guerra y la injusticia que asuelan el mundo. La catástrofe engrosará el listado de temas de "periodismo aniversario". El día que olvidaremos Haití está cada vez más cerca, y se parecerá bastante a la víspera del terremoto.

LOST: LA ÚLTIMA PROMO

17 enero 2010

LEGUINA Y EL PARTIDO ANTISECTARIO

Zapeando ayer acabé recalando en La Noria. No suelo pararme más de dos segundos en este programa de Tele 5 que incluye una tertulia pugilística que apesta a ideología, pero ayer tenían de invitado a Joaquín Leguina, que publica nuevo libro, “La luz crepuscular”, crónica sentimental de la dictadura y la transición con tintes autobiográficos, así que me quedé un rato. Leguina representa el lado sensato, culto y honesto de la izquierda española, en grave peligro de extinción por culpa del zapaterismo rampante y su patulea de incompetentes. Como el primer presidente de la Comunidad de Madrid se aparta de la línea oficial y es crítico con este PSOE de aplausos y silencios, María Antonia Iglesias, recuperada de un amago de infarto tras uno de esos acalorados debates, le acusó de “resentido” y de “bailar el agua a la derecha”. Leguina, al borde de los 70 tacos y de vuelta de casi todo, no perdió la compostura (acto heroico cuando María Antonia está enfrente) y contestó que ser de izquierdas no significa participar en un juego de la oca sectario. “Voy a fundar el partido antisectario y te voy a invitar a participar”, le dijo a la periodista de cámara, a la que revolcó (intelectualmente, se entiende) con una sonrisa en los labios.

11 enero 2010

PAYASADA EXTREMA

Canal Lemaire, Península Antártica. Una zodiac zigzaguea entre témpanos y sus tripulantes se descojonan de una foca leopardo que les persigue. Un depredador de afilados dientes que puede alcanzar los 4 metros de longitud y los 600 kilos de peso. Hipótesis: con el cachondeo, la zodiac choca con un pedazo de hielo y vuelca. De repente se le borra la sonrisa al presentador, porque la foca no le permite ni siquiera esbozar el último chiste malo. No te saca de ahí ni Shackleton, Calleja, y entonces tus admiradores exclaman, tras el fundido en negro: joder, al final sí que era extremo el desafío. Pero el accidente no ocurre, gracias a Dios. Tampoco se hunde el velero “Australis” tras la tormenta perfecta en isla Decepción y el aventurero más divertido y dicharachero de la tele sobrevive al terrible paso de Drake y a la espinilla que le brota en la frente durante la excursión en la isla Livingstone y que muestra en primer plano (“Me ha salido un tercer ojo, je, je...”). Desconozco si al público le queda claro que el tipo está en la Antártida en vez de en el estanque del Retiro en pleno temporal; supongo que da lo mismo. En cambio, su careto se lo aprenden de memoria. Careto, careto y más careto. Unos amigos montañeros me cuentan que cuando Jesús Calleja era guía de una agencia de viajes ya ambicionaba la fama por encima de todo. El programa se emitió ayer en Cuatro con números discretos (6,7 % de share, 1.223.000 espectadores). Quizás si tratara con más respeto los lugares a dónde viaja y que convierte en irreconocibles con sus gracietas y su careto tapándolo todo la audiencia le abandonaría. Así son las cosas en la televisión. Al acabar el show Calleja me acordé de los exploradores de la era heroica, de Amundsen, Scott y el propio Shackleton, rememoré la epopeya del “Endurance”, la travesía imposible del “James Caird”... y me invadió una honda melancolía. La aventura en el siglo XXI ha cambiado la épica por la comedia y el buenrrollismo.

Foto: María March (expedicionaria) y Jesús Calleja tras darse un baño en el Polo Norte. Ella repetiría chapuzón en la Antártida.

10 enero 2010

LA ÚLTIMA CENA DE "LOST"

Los frikis sin duda descubrirán spoilers en estas imágenes promocionales de la sexta temporada. ¿Por qué Locke hace el papel de Jesucristo? ¿Quién es Judas? Ya queda menos para el comienzo del fin.


08 enero 2010

VIAJE POR EL MEJOR CINE DE TODOS LOS TIEMPOS


Aunque desconectado por unos días del blog, los colegas me siguen suministrando material...
Pinchad sobre el mapa y elegid vuestro viaje en esta red de metro tan especial. Hay paradas imprescindibles.