14 diciembre 2012

"EL HOBBIT": ME ENCANTA EL MÁS DE LO MISMO


Uno de los efectos colaterales del estreno de “El Hobbit” es que a Carlos Boyero le ha salido una nueva úlcera en el estómago. En su patética crítica de hoy en El País (a estas horas es la tercera noticia más vista de su web, una prueba más de adonde va el periodismo y su clientela) no hay ni un solo argumento cinematográfico en contra de la película, y sí un rastro de bilis que al inefable Boyero le sirve para seguir en el machito de su negociado. Qué suerte ganarse la vida como articulista-macarra. Eso es un nicho, y lo demás, tonterías.

“Más de lo mismo”, titula su texto. Claro, genio. Si Peter Jackson se hubiera apartado del camino emprendido con “El Señor de los Anillos” me habría mosqueado. En realidad, si el director neozelandés hubiese traicionado a Tolkien habría exigido su cabeza. Así somos los frikis. Voy a ver a Bruce Springsteen porque me ofrece más de lo mismo. Leo cómics de superhéroes porque, dentro de su variedad, me aportan más de lo mismo. Boyero, que es otro friki, pero de los chungos, con apartamento en Mordor, lleva muchos años ganándose la vida escribiendo más de lo mismo, con esa mezcla de provocación y petulancia marca de la casa. Cómo se echa de menos a Ángel Fernández-Santos, que también abominaba del género fantástico, pero lo hacía con clase y con pluma.

“El Hobbit”, al margen del entusiasmo que pueda tener cada uno por el universo creado por Tolkien, es una portentosa película de aventuras con una factura impecable y un clásico literario como cimiento. El guión mezcla muy bien la ingenuidad y el humor del libro para niños publicado hace 75 años y la oscuridad que le proporcionan los apéndices de “El Señor de los Anillos”; esta añadidura molesta a algunos, pero particularmente me encanta la idea de una nueva trilogía. Cuanto más dure la fiesta, mejor. Ríos de metraje de “más de lo mismo”, con Ian McKellen, Martin Freeman (qué gran elección), las criaturas de la Tierra Media, la música de Howard Shore, los paisajes de Nueva Zelanda... Pero es que, además, esta primera entrega, “Un viaje inesperado”, contiene una de las escenas más gloriosas que he visto en el cine en los últimos tiempos: el duelo de acertijos entre Bilbo y Gollum en la oscuridad de la caverna. Me planto aquí. Bueno, añadiré que fui al preestreno el miércoles de gañote y paso por taquilla mañana, esta vez con mi familia y amigos. No tengo arreglo.