21 marzo 2006

LOS NUEVOS HÉROES



Mi hija pequeña imita el gesto de Nadal cuando gana un punto -ya sabéis, ese gancho al aire marcando bíceps- y la mayor es fan de Fernando Alonso (por ahora, más de sus anuncios que de sus carreras, pero todo se andará). Nadal y Alonso son, junto a Dani Pedrosa, que inicia el próximo fin de semana la misión ¿imposible? de derrotar a Valentino Rossi, los nuevos héroes de nuestro deporte, y ninguno es futbolista. Ya me gustaría que en julio se les uniera Alejandro Valverde, nuestro ciclista más prometedor, pero ya llegará el momento de soñar con el Tour y de recuperarnos del berrinche de Heras. Hace unos días un compañero me dejó unos DVD con la historia del deporte español hasta los años 80. Dos horas que podían resumirse en un apenas un puñado de nombres: Ricardo Zamora, Bahamontes, Urtain, Santana, Ángel Nieto... y pocos más. Campeones por generación espontánea en tiempos de blanco y negro, escasez y dictadura (supongo que el Real Madrid de Di Stéfano contribuyó a que las penurias no fueran más sangrantes). Barcelona 92 marcó un punto de inflexión: la apuesta económica y social por el deporte empezó a dar sus frutos. Un año antes del cosechón de medallas, Induráin -quizás el deportista paradigma de esa revolución- había ganado su primer Tour de Francia. Arantxa Sánchez Vicario consiguió en 1989 el primero de sus tres Roland Garros. El tenis español se transformó en Armada y, además de excelentes resultados individuales, cosechó dos veces la Copa Davis (2000 y 2004). En ciclismo hemos pasado de aspirar a reinados de la montaña a tener un pentacampeón del Tour y un triple campeón del mundo de fondo en carretera. En algunos deportes de equipo nos mantenemos en la élite (balonmano, baloncesto, fútbol sala...). Todo lo logrado en apenas tres lustros parece superable por el presente y, sobre todo, prometedor futuro de los nuevos héroes. Entretanto, en el Mundial de Fútbol de Alemania... ¿nos conformamos con morir dignamente en cuartos frente a Brasil?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Elliot.

Pero también pienso, ¿y sí mí hijo anunciara las Danet? Eso me crearía un problema, yo creo que no.

No todos tienen que terminar como el ídolo que has escrito, o como muchos otros que también conocemos. Cierto es que una buena educación es igualmente muy importante, pero si va acompañado de un buen contrato galáctico tanto mejor. Pero dejemos de soñar, y seamos realistas. El futuro de nuestros hijos es más bien oscuro, sólo hay que mirar al norte (Francia) para comprobar que aun se puede apretar un poco más.

Mike Muddy dijo...

Los ídolos de nuestros hijos deberíamos ser nosotros ;-)
Pero centrándonos en los héroes deportivos, a los niños hay que venderles valores como el esfuerzo y el sacrificio, en fin, que no vean a Alonso, Nadal y compañía como personajes de dibujos animados. Y dejando claro que esa vida de éxitos no es para siempre. Sobre este último asunto (y al hilo de la muerte de Rollán) publiqué un reportaje el domingo pasado. "Vivir y morir más allá de los focos". Si tenéis tiempo y paciencia podéis leerlo en este enlace:
http://www.abc.es/Syd/domingos/noticia.asp?cid=6459&hid=6458