Zapatero tiró de hemeroteca en el debate sobre el estado de la nación, que concluyó ayer de forma muy distinta a como empezó hace una semana. La de Zetapé y Rajoy ha sido la luna de miel más corta de la historia. Particularmente veo más diferencias que similitudes entre 1998 y 2006 -ETA está hoy derrotada y su brazo político, fuera de la ley; o al menos así era hasta que el Gobierno les dio árnica-, pero aunque fueran dos situaciones calcadas... ¿es que no se puede aprender de los errores del pasado, o el presidente los necesita para justificar los presentes y futuros? Primero paz, arrepentimiento, entrega de armas, justicia; luego, política, con condiciones muy claras (nada de autodeterminación, Navarra y demás fantasías animadas de Euskal Herria). Otegi, sin embargo, marca paquete: "Es obvio que el PSE y Batasuna hablarán de política".
Tirando de hemeroteca, he encontrado la carta que Pilar Ruiz, madre de Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA, dirigió a Patxi López. Se publicó en ABC el 12 de mayo de 2005. Por su contenido parece haber sido escrita hoy mismo:
"En el segundo aniversario del asesinato de mi hijo Joseba te hablé en público y en privado, Patxi, porque estaba cada vez más preocupada por algunas palabras y gestos de quienes te acompañan en el partido. Soy mayor, Patxi, tengo setenta y tres años y tú eres muy joven, como lo es el presidente del Gobierno. Por eso me atreví a decirte que pensaras en las cosas que son realmente importantes: la vida y la dignidad. La defensa de la vida y de la libertad y de la dignidad es más importante que el poder o que el interés del Partido Socialista. Sabes muy bien que mi hijo pensaba exactamente así. Y desde luego la defensa de nuestra dignidad como personas en las políticas antiterroristas es más importante que el mantenimiento de los actuales aliados del Partido Socialista, te lo digo tal y como lo pienso.
Te hablé de la traición de los nacionalistas en Santoña en 1937, Patxi, como te hablé de mi infancia y te recordé que el que pacta con los traidores se convierte en un traidor, y tú me dijiste que nada de eso pasaría. Todavía no se hablaba de la palabra mágica, proceso de paz, ésa que va asomando poco a poco, que tanta ilusión provoca en gentes ansiosas de paz, y que cubre las posibles vergüenzas que puede traer una negociación -que no rendición- con los terroristas. A mí me parece que la palabra viste el santo. La negociación es un atajo, no es la solución democrática, Patxi. Quienes lloramos a los muertos hemos renunciado a vengarnos. Como sociedad no aplicamos la pena de muerte, ni la cadena perpetua. Ésta es la prueba de la inmensa generosidad de nuestra sociedad. Lo hemos comentado muchas veces en casa. A veces he pensado que ETA no mata en Francia porque tal vez también influya que allí las penas son más severas y que no tienen esperanza de que el Gobierno francés escuche cantos de sirena. También te lo digo como lo pienso.
Con José Luis Rodríguez Zapatero hablé el 13 de diciembre de 2003. Ahora estamos en el año 2005 y yo todavía tengo voz, y no callaré, pero ahora hay muchos ciegos en España y creo que serán ciegos y mudos ante nosotros. Hay muchos ciegos que serán leales a lo que hagáis, aunque nos traicionéis, porque sólo ven las siglas y éste es el país de Caín y Abel, de unos contra otros, de la política que parece tantas veces un partido de unos forofos contra otros forofos. Y sí, los hinchas que escriben de vuestro lado dirán lo que vosotros no diréis en voz alta, que es lo que ya nos han dicho los nacionalistas: que estamos manipulados por el Partido Popular y por nuestro dolor, y que deberíamos estar callados cuando nos den un abrazo y un homenaje.
ETA no ha dado tregua, pero a veces creo que os ha podido o que está a punto de poderos. A Odón Elorza y a Gemma Zabaleta les escribí el 14 de noviembre de 2004 que para perdonar es necesario que quien ha hecho mal se arrepienta, y ETA no se ha arrepentido de matar, y puesto que no va a reconocer el mal causado, si obtiene algo de vosotros significará por fin que matar ha valido la pena. Me apena -a veces me indigna, si tengo que ser totalmente sincera- veros enredaros en las palabras con que os intenta descolocar el mundo de ETA. Es la dignidad de los muertos inocentes lo que está en juego, y la dignidad de toda la sociedad. Y salvo que deseemos engañarnos, nos consta que Ibarretxe no se ha arrepentido de haber pactado con ETA, ni de romper por la mitad la sociedad vasca. Ibarretxe y la gran mayoría de los nacionalistas -tengan pistola o no- son de los de a Dios rogando y con el mazo dando, y en la negociación irán de la mano con las mismas palabras. Por eso, después de leer a Javier Rojo en el «Diario Vasco», he pensado en cada muerto y en cada familia rota y en cada uno de sus días y de sus años sin tregua en el dolor. Y he pensado en el sueño de poder llorar a los muertos por haber rendido a ETA. En una paz sin trampas y en llorar, en ese momento, tranquilos y con la conciencia limpia y tranquila. Y cerrar por fin el duelo.
Ay, Patxi, ya sé que no me enseñarás los lugares donde estuve refugiada. Tú me dijiste que mi vida había sido triste. Fui una refugiada de guerra miserablemente pobre, crecí como la hija de un rojo represaliado, no pude votar hasta los cuarenta y cuatro años. Y después vino el calvario de nueve años de ver sufrir a mi hijo, que veía llegar su propio asesinato. Se jugó la vida por defender la libertad, no por lo que parece que viene de vuestra mano, eso que pomposamente se anuncia como un proceso de paz. Porque, Patxi, ahora veo que, efectivamente, has puesto en un lado de la balanza la vida y la dignidad, y en el otro el poder y el interés del partido, y que te has reunido con EHAK. Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos, Patxi! ¡Qué solos estamos los que no hemos cerrado los ojos!"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Creo que te estás metiendo en un terreno muy enfangado. El utilizar como argumento, los argumentos de una señora mayor a quién le han arrebatado cruelmente un hijo, hijo que además ha luchado durante toda su vida por la libertad, permíteme, y por favor que no se malinterprete porque lo digo con el mayor respeto del mundo pero consciente de lo arriesgado de la afirmación, podría estar dentro de la coacción sentimental. E insisto, no quiero que se me tilde de insensible, ni mucho menos. Contra la defensa de la dignidad de los muertos, que se esgrime habitualmente como argumento en detrimento de la postura negociadora, se me ocurre otro principio ético, el de la utilidad, que consiste, sin ánimos de sentar cátedra, en decidir por aquella alternativa que produzca mayor beneficio para el mayor número de personas. Y esa es la postura que debe adoptar un gobierno. Yo, Mike, quiero confiar en mi gobierno, en el gobierno de España, en que sus decisiones se orienten desde el pleno convencimiento del interés general. Si se consigue finalmente la paz, las muertes habrán servido para algo, si no se consigue, ¿qué habremos perdido?, ¿la dignidad?
Riddleman
No estoy de acuerdo, claro.
1. Quien se está metiendo en el fango es el Gobierno, pero sólo el tiempo dará o quitará razones (tampoco quiero que se me malinterprete: le deseo éxito para acabar con los terroristas, pero no a cualquier precio o "como sea", y desde luego no me alegraré de su fracaso, sino que lo lamentaré, porque significará que ETA se ha salido con la suya).
2. Lo de Pilar Ruiz está lejos de ser un chantaje emocional. Sus reflexiones me parecen muy meditadas y acertadas, casi una radiografía de lo que está ocurriendo, pero con una anticipación de visionaria. Los socialistas como ella, o su hija Maite, o Rosa Díez o Gotzone Mora, a las que ya están invitando a abandonar el partido, no molan, ¿verdad?, porque se apartan del pensamiento "oficial" de Patxi, Odón y demás chusma. Me temo que con esa opinión tuya te unes a los que creen que las víctimas, pobrecitas, no deberían meterse en este jardín, sino llorar en silencio a sus muertos y tragarse todos los sapos que hagan falta.
3. Ese argumento de la utilidad es peligrosísimo. Cuántos atropellos se han cometido a lo largo de la historia por servir al interés general. Sin ir más lejos, los GAL. Llevado al extremo en este caso, pues cedamos en todo: Henri Parot a la calle, independencia del País Vasco, anexión de Navarra y, los que sobren, que vayan a repoblar el norte de Castilla. En fin, prefiero el argumento de la justicia.
4. ¿Las muertes habrán servido de algo si los asesinos y sus acólitos consiguen sus objetivos? Ah, claro, pero tendremos la paz de los cementerios. Todo sea por la paz.
Es un colectivo directamente afectado, sí, pero no con más derechos que el resto de los ciudadanos. Efectivamente, si bien es verdad que nosotros, los que no somos o no tenemos víctimas directas, gracias a Dios, aunque no las hemos llorado, sí que padecemos indirectamente el azote de los desalmados, desde el momento en que no podemos pasear en libertad y en seguridad por las calles de nuestras ciudades. Y es ahí donde entra en juego el principio ético de la utilidad y la perspectiva del que gobierna. Enarbolar la bandera de la dignidad de los muertos es loable pero no contrapuesto a alcanzar la libertad y la seguridad de la sociedad, incluida la de los familiares de los muertos. El concepto ético de la dignidad ha evolucionado con los tiempos. Cuántos conceptos, desechados en tiempos por dignidad humana, han pasado o pasarán a ser dignos (el aborto, la eutanasia, la clonación). La dignidad, nos distingue precisamente de los animales, pero también la inteligencia. Y el hombre inteligente sabe perfectamente cuando pierde la dignidad en sus actos...
Riddleman
Publicar un comentario