La historia no es nueva, pero el capítulo que toca los supera a todos. El País y El Mundo se están atizando a cuenta del 11-M, que ya es una maldición que nos perseguirá hasta la tumba. Nuestros nietos reclamarán la memoria histórica: ¿tenían razón los del carpetazo... o los de la conspiración? Tal vez dentro de cincuenta años habrá una guerra de esquelas. Por lo menos, que se recuerde a los que murieron en los trenes, no a los muertos políticos ni a los muertos laborales (nunca podremos decir que no lo vimos venir). El origen del debate tiene “altura”: las declaraciones / grabaciones del delincuente Trashorras, el que les vendió la dinamita a los asesinos, sobre los supuestos puntos oscuros de la investigación (o sobre sus ensoñaciones, o sus ganas de hacer caja... cualquiera sabe). ABC se ha alineado con El País en contra de Pedro Jota, Federico y los extremistas del PP, los Zaplana, Acebes y compañía que tienen “secuestrado” al pobre Rajoy. No sé si nuestros colegas sacarán algo de echarse la mierda encima, pero tengo serias dudas de que ABC salga bien librado. Me pregunto si los lectores de los periódicos, en general, merecen esta carnaza, esta especie de pulso escatológico entre unos “ciudadanos Kane” de pacotilla. Luego los analistas hablan de la crisis de la prensa escrita a causa de los nuevos formatos -periódicos electrónicos, weblogs...- y el empuje de los gratuitos. Pero la aportación de los propios medios a su caída libre es notable.
Vaya curso nos espera. Qué depresión.
14 septiembre 2006
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1 comentario:
depresión preparto y depresión pos-11-S
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