El sábado por la noche tuve un dilema: ver el partido del Atleti o meterme en vena unos cuantos capítulos de la quinta temporada de "24" que tengo en lista de espera. Elegí mal. El Valencia tiró de oficio (ahora casi siempre se gana al fútbol "por oficio", no por calidad) y el Atleti tiró de empanada mental, como lleva haciendo puntualmente desde hace diez años. Equipos como el Valencia o el Sevilla nos han sustituido en la pomada: ya no estamos al fallo de los grandes. Estamos... ¿a qué estamos?
El domingo me recuperé con las motos antes de la cita importante, Monza, Fórmula 1. Partía con cabreo previo por la absurda sanción a Alonso. La política termina por emponzoñarlo todo. Y lo que manda la política es que Michael Schumacher se retire en lo más alto. Un gran piloto con un palmarés impresionante... y uno de los tipos más marrulleros del deporte mundial, capaz de chocar a propósito con sus rivales para arrebatarles un título. No voy a recordar aquí las declaraciones de Alonso, que tiene un calentón comparable al del motor de su coche y debería hablar menos y concentrarse en ganar las tres carreras que faltan, sino las de Nicky Lauda: "Le han hecho el último regalo a Schumacher". Que así sea, y el campeón salga de la pista, no de los despachos.
Esta mañana me alivié un poco la depresión con esta imagen de Maria Sharapova, 19 añitos, que, además de otras virtudes evidentes, juega al tenis y gana.
11 septiembre 2006
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1 comentario:
Sharapova, ay. Tiene sitio oficial: http://www.mariasharapova.com
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