06 septiembre 2006
AQUÍ, UNOS AMIGOS
Aún me estoy frotando los ojos. Y no porque el deporte español esté huérfano de héroes. Tampoco por la solvencia con que estos chicos han ganado el Mundial de Baloncesto. Ni porque les hayan concedido el premio Príncipe de Asturias. No. Lo verdaderamente extraordinario del éxito de Gasol, Navarro, Calderón, Garbajosa, Jiménez y compañía (hacía veinte años que no me sabía de corrido la alineación de un equipo de básquet) es su compromiso, su naturalidad, su sacrificio, su humildad, su solidaridad... su amistad. En una España que algunos quieren partir en dos, ellos han elegido la tercera vía, no contaminada por complejos, prejuicios, oportunismos y manipulaciones. Son grandes, pero muy cercanos. Son unos amigos que se divierten jugando al baloncesto y, de paso, hacen felices a los demás.
Gracias. Que dure mucho.
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2 comentarios:
Tienes razón. Se me había quedado muy mal cuerpo el domingo después de mi lectura matinal de prensa cuando el director de tu periódico decía en su editorial algo así como que “España se estaba evaporando” o mejor dicho “A España la estaban evaporando”. Me imaginaba nuestro país en estado líquido evaporándose, -no me extraña después de estos calores-, invadida por unos seres extraños capaces de transformar el estado de agregación de la materia sin que ni nuestros sentidos ni nuestro intelecto fuesen capaces de detectarlo. Afortunadamente llegó el partido. Dejé de imaginarme a Zarzalejos convertido en Orson Welles y rápidamente esa defensa presionante de nuestro equipo y esos triples de Garbajosa me trajeron el sosiego y después la alegría de la medalla de oro. Porque, Mike, era una medalla de oro de la selección española aunque dentro de ella se hable mucho catalán. Y aunque políticos, como ése que nombras, quieran capitalizar como propios los triunfos colectivos, y periodistas como el que nombro, sentencien catastróficamente que “ahora esté más vigente que nunca aquello de que es español el que no puede ser otra cosa. Lo español -tanto en sustantivo como en adjetivo- se ha convertido, al igual que el Estado y la Nación, en algo residual y, en todo caso, subordinado a otra condición principal”, los catalanes estaban en sus casas o en los bares cercanos a sus empresas, -yo estaba en Barcelona el viernes-, viendo como ganaba la selección española a Argentina y a Grecia. Y al igual que los catalanes, los vascos, los gallegos, los andaluces, los madrileños,... Gracias a Dios que tenemos el baloncesto. Gracias al baloncesto podemos decir que “España se sublima” o que “A España la están sublimando”... los jugadores de baloncesto.
Riddleman
Elliot, no te metas con el ciclismo de mis pecados... Volverán los buenos tiempos, sólo hacen falta héroes limpios.
Sobre el baloncesto: la ACB es una ruina, en eso estamos de acuerdo. Una liga que se juega tres o cuatro días a la semana, coincidiendo a veces con la Champions, cada vez con menos "jugadores bandera", con partidos irrelevantes (sólo interesan los cruces finales)... ¿Por qué no se elige un día concreto de la semana para todos los partidos? Los viernes, por ejemplo. Las secciones de deportes de los periódicos dedicarían más espacio al básquet, y los patrocinadores y el público lo apoyarían más.
Mi afición por el baloncesto (abandonada en los últimos tiempos) es de los años 80. El Madrid, el Barça y el Juventut tenían equipos "reconocibles", y la selección logró grandes cosas. Los Corbalán, Fernando Martín, Romay, Epi, Solozábal, Sibilio... eran conocidos por todos los chavales y lograron que éste fuera el segundo deporte del país. Pero los clubes, en especial los de fútbol con equipo de baloncesto (es paradigmático el caso del Madrid) abandonaron esta sección. La televisión desertó. La ACB quiso reinventar la historia con penosos resultados. Es cierto que nunca podrá competir en popularidad con el fútbol (en resultados ya se ha visto que lo puede superar). Ni falta que hace. Valdría con que ocupara la posición que merece y el éxito de hoy no fuera la semilla de una moda pasajera.
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