12 septiembre 2006

LA ENVIDIA DE EUROPA

El Gobierno está arrepentido de dos de las tres frases históricas de Jesús Caldera, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales:
1. "Somos la envidia de Europa" (refiriéndose al último proceso de regularización de inmigrantes).
2. "Los subsaharianos no leen el BOE" (negando el "efecto llamada" de la citada medida).
La tercera frase, como recordaréis, hace referencia a los "papeles de Salamanca" ("Se llevarán el archivo sobre mi cadáver"), pero ahora no viene al caso.
Después de un verano durísimo de cayucos -a Caldera, De la Vega y Zapatero ya les es imposible afirmar que cualquier tiempo pasado fue peor, y empiezan a sospechar que el actual puede ser mejor que los venideros-, de inútil diplomacia "made in Moratinos", con la vice mendigando la solidaridad europea ("Ah... se siente", le han dicho nuestros envidiosos socios) y con el comando Rubalcaba de bolos por África en vez de centrarse en el "proceso de pacificación", que es su misión principal, el PSOE empieza a coquetear con el PP para convertir la inmigración en un "asunto de Estado". Más vale tarde que nunca. A los populares también les viene bien dejar de piarlas y proponer alguna solución. De momento, ambos partidos han rechazado nuevas regularizaciones, pero dudo que lleguen a un acuerdo firme. El preclaro Pepiño, incluso, se ha puesto duro: "Quien entre irregularmente tendrá que salir". Ya no mola lo de "papeles para todos". Esperemos acontecimientos. Aunque los empresarios, sindicatos y ONG le han dicho a Pepiño que el mercado de trabajo aún puede absorber a más inmigrantes.
Las mafias de Senegal han tomado nota.

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