El portero, un tal Taylor, mete un pelotazo, el balón bota un par de veces y el delantero irlandés, un tal Healy, que ya llevaba dos goles en su haber, le hace a Casillas una vaselina de manual. Con un fútbol del pleistoceno, Irlanda del Norte humilló a la selección española de fútbol, a la que los aficionados venimos esperando toda la vida... y lo que nos queda. España entró ayer en la historia de Irlanda del Norte, en cuyos pubs no debió quedar ni una gota de Guinness. Los nuestros no siguen el ejemplo del baloncesto, ni en los resultados ni en el espíritu; muy amigos no son, desde luego, pero van haciendo amigos en todas partes con su estilismo y simpatía. La comparación sangrante con los "chicos de oro", a la que los medios han recurrido machaconamente durante estos días, les va a torturar en este ciclo recién iniciado con un ridículo espantoso. El debate está servido, por enésima vez.
07 septiembre 2006
ESPAÑA ENTRA EN LA HISTORIA DE IRLANDA DEL NORTE
El portero, un tal Taylor, mete un pelotazo, el balón bota un par de veces y el delantero irlandés, un tal Healy, que ya llevaba dos goles en su haber, le hace a Casillas una vaselina de manual. Con un fútbol del pleistoceno, Irlanda del Norte humilló a la selección española de fútbol, a la que los aficionados venimos esperando toda la vida... y lo que nos queda. España entró ayer en la historia de Irlanda del Norte, en cuyos pubs no debió quedar ni una gota de Guinness. Los nuestros no siguen el ejemplo del baloncesto, ni en los resultados ni en el espíritu; muy amigos no son, desde luego, pero van haciendo amigos en todas partes con su estilismo y simpatía. La comparación sangrante con los "chicos de oro", a la que los medios han recurrido machaconamente durante estos días, les va a torturar en este ciclo recién iniciado con un ridículo espantoso. El debate está servido, por enésima vez.
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1 comentario:
Hace un par de días inserté el comentario siguiente a un artículo que hablaba de Pepu en un blog al que accedo habitualmente:
“En un momento de celebración como éste es imposible no recordar el espantoso ridículo de nuestra selección en el mundial de fútbol y hacer comparaciones. Y Pepu es una de las diferencias; mientras en baloncesto tenemos un profesional como seleccionador, en fútbol tenemos un macarra cuyos métodos de motivación dejan mucho que desear (caso Reyes) y cuyo único logro es ganar a selecciones de segundo nivel. Y la segunda es que los mismos que ganaron en Lisboa el mundial junior de 1999 estaban también en Tokio. En fútbol, ganamos todos los sub habidos y por haber y ¿después? ... A unos, los dejamos en los banquillos de los estadios, al otro le renovamos el contrato”.
Con la derrota ante Irlanda, no he podido evitar refrescarlo. Con un poco de suerte a lo mejor nos quitamos un problema. Para el otro, tienen que pasar todavía muchos años ...
Riddleman
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