
El Santo Grial es María Magdalena que, además, tuvo descendencia con Jesús. Vamos hacia la III República Española. Mi empresa ha impuesto un “carné por puntos” a sus empleados. Se ha declarado la guerra total entre Jiménez Losantos y ABC. Desaparezco una semana de mi hábitat y, al regresar, me dan ganas de volver a hacer las maletas. He viajado a Escocia e Inglaterra siguiendo la ruta de “El Código Da Vinci”. La película se estrena a mediados de mayo y es una buenísima percha para un reportaje de viajes que recorra las localizaciones del libro y del film, que no siempre coinciden. Entre otros lugares, he visitado
Rosslyn Chapel, situada al sur de Edimburgo, un templo cargado de simbología que tiene un protagonismo esencial al final de la novela de Dan Brown. ¿Es “El Código Da Vinci” literatura? Seguramente es otra cosa, pero no seré yo el que arremeta contra una obra que me está volviendo a enganchar en una segunda lectura y que, además, no es un plagio, según ha dictaminado hoy un juez londinense. Qué queréis que os diga, me gustan las hamburguesas. A finales de mes iré a París para completar el trabajo. Lo bueno que tienen estos viajes es que desconectas de lo cotidiano, sobre todo de las gilipolleces de los que gobiernan nuestras vidas. Ayer, en el avión, me ofrecieron prensa y cometí el error de aceptarla en lugar de seguir enfrascado en el “código” o de planear una estrategia para escapar rápidamente de la T-4. Me reencontré con Zetapé, mi héroe, que inspirado por el fantasma de su abuelo va a perpetrar una “Ley de Revisitación Permanente de la II República” (subtítulo: “Qué noches las de aquellos días”) como paso previo al advenimiento de la III República. Esta última opción me parece bastante atractiva desde el
nacimiento de Doña Leonor. En fin. Y esta mañana, en la oficina, me entero de que algún genio de la comandancia, celoso del éxito de Gallardón con los parquímetros, ha diseñado un novedoso sistema basado en el carné por puntos para joder a los trabajadores: si tu coche está mal estacionado en el aparcamiento del periódico, los seguratas te ponen una pegatina. A la tercera pegatina, te deniegan el acceso motorizado al recinto. Como somos legión y cada uno tira su vehículo donde puede, sobre todo los redactores (los de administración son más madrugadores), ya hay algunos compañeros a punto de perder ese privilegio. ¿Organizará la empresa cursos de reciclaje? ¿Podremos recuperar la tarjeta de acceso a cambio de horas extras? Me huele a motín. Justo ahora que necesitamos hacer piña contra Jiménez Losantos nos vienen los jefes con multas de tráfico. Por lo visto, en mi ausencia, Federico ha pedido en antena a los suscriptores de ABC que se den de baja. La Redacción ha hecho público un comunicado denunciando la campaña de injurias y calumnias y la dirección ha anunciado una demanda por “un acto de denigración del competidor”.
Creo que me vuelvo con los “british”.