25 abril 2006

LA VERIFICACIÓN

“El alto al fuego nos llevará a la paz si lo tratamos bien” (Alfredo Pérez Rubalcaba).

Con Grissom y sus “ceseís” investigando por encargo de Zetapé los matasellos de las cartas enviadas por ETA a los empresarios navarros, el sainete de la verificación del alto el fuego dio un giro ¿inesperado? con el atentado de Barañáin (digo bien: atentado; para mí las palabras siguen teniendo significado), hasta el punto de que Batasuna se ha quedado colgada de la brocha y ha definido el ataque como “muy grave”. Tras esta declaración de los amigos de los terroristas y de los “chicos de la gasolina”, el Gobierno ya está pensando en hacerles un monumento a Otegi y Permach, que son brutos, pero majos. El caso es que después de mil días de “terrorismo de baja intensidad” llevamos un mes de “tregua de baja intensidad”, es decir, con derecho a roce. Hasta que a estos hijos de puta se les vaya la mano. Llama la atención, como apunta Arcadi Espada, que ningún periódico español publicara al día siguiente de lo de Bañaráin este titular: “Interrumpida la tregua”. Tal vez porque hay que tratarla bien.

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