25 abril 2006

MONO SAPIENS

¿Sabíais que el hombre comparte el 98,4 por ciento de los genes con los chimpancés, el 97,7 con los gorilas y el 96,4 con los orangutanes? Razones de más para que el PSOE presente en el Congreso un proyecto que nos equipara con el mono: pedirá “la inclusión inmediata de estos animales en la categoría de personas” y que se les otorgue, por tanto, “la protección moral y legal de la que, actualmente, sólo gozan los seres humanos”. Detrás de la propuesta está el Proyecto Gran Simio, una organización internacional -apoyada por gente como Jane Goodall y Joaquín Araujo- que busca una declaración de la ONU sobre los derechos de estos animales y defender sus intereses igual que los “de los menores de edad y de los discapacitados mentales de nuestra especie”. Diréis que soy un pesado, pero es que son mis héroes, joder. Por qué no les habré votado con las risas y llantos que me provocan a diario, la sal de la vida, yo, casi un ecologista de manual, que de niño no me perdía ni un capítulo de “El Hombre y la Tierra” y que no dejo ni un moco en el monte aunque sea biodegradable. Félix estaría exultante con esta ocurrencia. Los malpensados dicen que ZP busca el voto simio, pero yo creo que lo hace de buena voluntad, como adalid de los desfavorecidos (esos cinco puntos extra en la evaluación de proyectos científicos liderados por mujeres... otra idea genial, sin duda). Lástima que la Declaración de los Derechos del Mono no haya alcanzado a King Kong, al que unos neoyorquinos ignorantes despeñaron desde el Empire State (en el videojuego basado en la peli de Peter Jackson te dan la posibilidad de salvarlo, cosa que hice, naturalmente). Aunque, puestos a equipararnos con los bichos, ¿por qué no hacer lo mismo con las ballenas, mamíferos espabilados y bastante más sensatos que los seres humanos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te veo un poco sarcástico con este tema de los primates ¿esto obedece a algún tipo de convicción judeo-cristiana?, ¿estás considerando como sacrílego a todo aquél que comulgue con las tesis darwinianas?, ¿cómo puedes ser tan irreverente con nuestros tatata...rabuelos?. No creo, me da la sensación que la cosa viene de lejos; tienes una especie de animadversión inconfensada e inconfesable contra los monos porque se mostraron en actitud confusa con la doctora Fossey, ecologista como tú, en Ruanda allá a finales de los 80. ¿O no es verdad?. Reconoce, Mike, que desde que viste Gorilas en la Niebla sentiste un deseo irrefrenable de extinguir la especie por haberse acercado demasiado al regazo de tu admirada Sigourney Weaver. Los traumas siempre explotan por donde uno menos se espera.

Riddleman

Mike Muddy dijo...

Qué va, mi sarcasmo no es con los simios, sino con el tonto de la memoria histórica, y mira que me gusta la historia y que soy sentimental, pero no hasta el punto de remontarme a la república de los australopitecos... Es que vamos a ocurrencia diaria y no doy abasto con el presi, me agota... Aunque lo de Sigourney está bien traído, lo reconozco ;-)