12 abril 2006

HOUSE, SUMA Y SIGUE

“Me gusta mi pierna, está conmigo desde que era un niño”.
La primera temporada de “House” se despidió a lo grande: con un capítulo titulado “Tres historias” que es de lo mejor que se ha hecho en televisión en los últimos años. Su autor, David Shore, consiguió en 2005 el Emmy al mejor guión de una serie dramática por esta pieza de coleccionista. Ya quisieran muchas producciones cinematográficas acercarse a ese nivel. “House”es la propuesta de más éxito en Cuatro, la única de esta cadena que aparece en los rankings de “los más vistos”. Que el doctor consiguiera quedarse con su pierna, aunque sólo fuera para arrastrarla dolorosamente e hincharse de pastillas, multiplicó su mala uva para regocijo de sus fans. No le voy a echar de menos porque la segunda temporada empieza el martes próximo. Necesito mi dosis semanal de frases como ésta: “Ramona, qué picarona -dice el doctor a una anciana a la que realiza un examen vaginal-. O se ha echado un novio de 19 años o uno de 80 que toma pastillitas azules”. En mitad de la estomagante marea de salsas rosas y tomates, “House” es la prueba palpable, una más (ahí están “CSI”, “Perdidos”, “Mujeres desesperadas”...), de la excelente salud de este género televisivo.

2 comentarios:

Mike Muddy dijo...

La moza es Carmen Electra. House se la imagina como "paciente" cuando les cuenta un caso práctico a unos estudiantes.

Anónimo dijo...

Porque los médicos no son hombres cuando examinan verdad....? Qué lio...