31 enero 2006

LA GALA DE LOS SUBVENCIONADOS

No me voy a meter con los cómicos, ¿eh?, a pesar de que su ceremonia anual tuvo la menor cuota de pantalla desde 1995. Normal: sin pegatinas ni pancartas cualquiera se traga un tostón de cuatro horas. Ni el modelito de Carmen Calvo, alias “Pixi Dixi”, animó el cotarro. Si al menos algún cómico castellano (pongamos, por ejemplo, Carmelo Gómez, que ganó el Goya al mejor actor de reparto y tuvo micro a su disposición) le hubiera sacado los colores a la ministra con lo de los papeles de Salamanca... Pero nada. Un aburrimiento. Eso me han contado, porque fui uno de los 42 millones de españoles que no vio la gala. Me fui al cine de las sábanas blancas. Aunque, eso sí, he contribuido a que el cine español cuadre sus números en 2005: pasé por taquilla para ver “El reino de los cielos”, de Ridley Scott. Supongo que la participación nacional en la producción fueron los bocatas de chorizo que se repartieron entre los extras cuando se rodaron las escenas del castillo de Loarre, en Huesca. Oigan, todo cuenta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu amiga, defensora a ultranza del cine español, para tal día se puso su traje de gala, se maquilló con todos sus potingues y, como está muy bien relacionada, disfrutó en la fila 2 del Palacio de Congresos de la entrega de los Goya. Me duele que no me vieras, pero ya lo discutiremos en la próxima cena que pienso amenizar con mi descripción de la fiesta. Tú no cambias, pero yo tampoco.
Besazos
EPT

Mike Muddy dijo...

EPT, tú serías la única con glamour en esa gélida noche madrileña. Haré las paces con esta peña cuando estrenen una peli basada en una novela mía, o de tu mirlo blanco.
Besos