03 septiembre 2008

EL BOX (y II)

Intuyo una obsesión en la medicina actual: que el paciente no sufra. Llevando el argumento al límite tenemos al doctor Montes despejando la pista para que despegues, suavemente y sin sobresaltos.

El sábado parece que he superado la crisis renal, así que me vengo arriba y hago un corto viaje al pueblo de mis suegros a buscar a las niñas. A la ida escucho a Bruce. A la vuelta, mis alaridos mientras mi mujer conduce hecha un manojo de nervios. Rumbo a urgencias.
Rumbo al box.
La doctora no es la del día anterior. Se fija en mi camiseta. "¿La Novia Cadáver?", pregunta, señalando los dibujos. "No, Pesadilla antes de Navidad", contesto con los ojos inyectados en sangre. "La buscapina no me hace nada. Es como si me tragara un caramelo", añado para que la tipa no se disperse con Jack Skellington y Sally. Se lee el informe previo. "¿Se ha tomado usted el medicamento de rescate?" (nota: las pastillas para cuando la cosa se pone muy jodida). "No, estaba de viaje y las olvidé en Madrid... Por eso he venido enseguida". Cara de reproche. La cabrona lo pondrá en los papeles ("No se tomó la medicación prescrita"). Me envía a la misma camilla del viernes y una enfermera me enchufa el cóctel. En el catre de al lado hay una mujer joven que se queja de fuertes dolores en las costillas y en las piernas. Por lo visto, se cayó rodando por las escaleras.
- ¿Adónde ibas con tacones y el ojo pintado? -le pregunta la doctora.
- A una cena... Una cita a ciegas con un chico.
- Vaya, vaya. ¿Y le han avisado?
- Sí, le he dicho a una amiga que le llame. No sé si se creerá la historia.
- Eso probará si el tipo merece la pena o no.
- Qué mala pata -se lamenta la paciente-. Me divorcié hace un año y ahora que parecía que levantaba cabeza...
- ¡Qué me vas a contar! -exclama la médica.
- Ah, ¿también estás divorciada?
Lo que me faltaba: "¿Dónde estás corazón?" en directo. Cuando la dosis de calmante circula por mis venas me pasaportan. Antes de salir hecho un vistazo a la magullada. Después de escuchar sus declaraciones es casi como si nos conociéramos de toda la vida. Con el pelo teñido y alborotado, el rímel y el carmín corridos y la mirada triste parece la novia del Joker. Le deseo suerte. Ella a mí también. Tengo la impresión de que no lo dice muy convencida.

Ahora lo sé. El mayor triunfo de la mujer sobre el hombre, su venganza más placentera, es meterle una sonda por el pene. ¿Creíais que esto había acabado? ¿Qué os parece estar sin mear dos días? Back to the Box (suena bien como título para un nuevo disco de Amy Winehouse). La humillación ha tenido lugar hace unas horas. Ahí viene la misma enfermera de todos los días, esta vez con refuerzos. "Bájese los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos". Mientras una me coge el pizarrín con la mano la otra me echa un chorro de betadine y de crema lubrificante. La doctora de guardia se une a la fiesta. Nunca se han reunido tantas féminas alrededor de mis partes pudendas. "Respire hondo...".
- Joder, no quiero ni pensarlo... -gimoteo.
- Claro que no -se ríe la enfermera. Piense en una playa.

Os ahorro (y yo de paso también) los detalles posteriores.
Sólo una cosa más: empiezo a dudar de la sentencia que principia este post.

3 comentarios:

Antonio M. Figueras dijo...

Ánimo... a mí me sondaron con nueve años... no he podido olvidarlo

Anónimo dijo...

Mucho ánimo! Espero que ya haya pasado lo peor.

Siento reconocerlo, pero me he reído mucho con tu post. Ojo, no me río de lo que te ha pasado, sino de la manera en que lo has contado. Símplemente genial. Lo del pizarrín ha sido sublime...

Lo dicho, mucho ánimo y a seguir escribiendo como lo haces...

Anónimo dijo...

Los tios sois la pera. Como os ponéis por un tubito de ná por el pizarrín.. que razón tiene tu doctora la que lo compara con un parto pero en barato...

De todas formas, muy bien redactado. Yo también me he reído mucho con el "post del box" (y II).

Compañera del clan del buey