15 septiembre 2008

EL PISTOLERO

Que Alberto Contador es un fuera de serie ya lo sabíamos, pero su responsabilidad va más allá de coleccionar grandes triunfos (si la cosa no se tuerce de aquí al domingo, se convertirá en el quinto ciclista de la historia, tras Anquetil, Gimondi, Merckx e Hinault, que consigue Vuelta, Giro y Tour). El sábado, cuando veía la etapa del Angliru, ese puerto imposible con las cunetas llenas de aficionados, lo tuve claro. Contador viene a rescatar el ciclismo de la sospecha y el marasmo, de las redadas policiales y las audiencias por los suelos. Tal vez Armstrong quiera regresar por eso, por limpiar un estigma, en el fondo, nunca demostrado: que fue un campeón tramposo en la era del dopaje.

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