"Esta no es mi selección, sino la selección de Luis Aragonés", escuché ayer de boca de un madridista mientras veía el España-Italia. Reconozco que los afectados por el "síndrome Naranjito" hemos sufrido mucho, aunque yo nunca he unido la idiotez a la frustración. Esos ventajistas tienen luego dos salidas: el "ya te lo decía yo" con sonrisa displicente, o apuntarse al carro cuando sopla el viento a favor. Esta es mi selección como lo fue la de Camacho, la de Clemente o la de Miguel Muñoz, me gustaran más o menos; con todas me he ilusionado y con todas se me ha quedado cara de gilipollas en la derrota. Hoy por hoy, San Iker es mi portero, aunque sea del RM. Ayer los chicos de Luis, que juegan como un equipo, nos suministraron una dosis de antídoto para contrarrestar el veneno de la fatalidad. Quién sabe. Tal vez mi generación pueda celebrar un título.
23 junio 2008
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