01 febrero 2008

LOS OBISPOS DEBEN CALLARSE

Y más cuando tienen la tentación de criticar a quien negocia con ETA.

En las últimas elecciones vascas me enviaron al norte a entrevistar a "uno de esos religiosos que practican la equidistancia". Hablé con Jesús Bastante, compañero en ABC y autor del libro "Los curas de ETA", y me dio un contacto en el Santuario de Aránzazu (Guipúzcoa). A micrófono abierto, el tipo defendió el plan Ibarretxe ("En realidad, no se trata sólo de buscar el sitio de Euskadi en el conjunto del Estado, sino el de cada persona dentro de nuestro propio territorio") y se ofreció voluntario para dialogar con los terroristas "si me lo piden". A micrófono cerrado, comentó que "si los negros que vienen a trabajar al País Vasco aprenden euskera, ¿por qué no lo hacen esos catedráticos de la Universidad en vez de quejarse tanto?".

Los obispos deben callarse sobre los asuntos del César y centrarse en los asuntos de Dios. Porque tienen trapos sucios que lavar. Porque le regalan la gran coartada a quienes critican.

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