03 diciembre 2007

UN ENCUENTRO FORTUITO CON ETA

Lo de la T4 fue un "accidente" (Zapatero). Lo del sur de Francia, un "encuentro fortuito" (Rubalcaba). Tal como lo percibe el Gobierno, los crímenes de ETA durante esta legislatura tienen más que ver con el azar que con una estrategia sostenida durante cuarenta años. Los nacionalistas catalanes, con el cadáver del guardia civil aún caliente, convierten una manifestación contra el caos de las infraestructuras en un aquelarre independentista. El nuevo presidente del PNV, Íñigo Urkullu, realiza soflamas en el mismo sentido. El ministro Bermejo dice que "en el instante en que los servicios jurídicos del Estado" le comuniquen que hay pruebas de la relación de ANV con ETA "se actuará" (es decir, cuando las encuestas de Pepiño lo aconsejen). Parece evidente que la manifestación de las víctimas celebrada hace una semana en Madrid sí tenía sentido, a pesar de las críticas de Pepiño y De la Vega. Al PSOE ya no le vale ni la deleznable "excusa estadística" que esgrimía últimamente, eso de que estamos mejor que nunca porque ETA mata poco. Me pregunto si con estas muertes (el segundo guardia civil tiroteado "fortuitamente" está sin signos de actividad cerebral) pasaremos de las mentiras y de la retórica solemne (e inútil) a la resurrección del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, al cumplimiento de la Ley de Partidos y a la estrategia de la derrota de los criminales.

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