10 enero 2007

ESTO ES LO QUE HAY

Ochocientos dieciocho muertos después, ETA quiere lo mismo: autodeterminación, Navarra y presos. Si no hay impunidad y negociación política (avance en esos misteriosos "compromisos" del Gobierno que algún día los terroristas darán a conocer), cometerá más atentados. La ecuación está al alcance de la comprensión de un idiota. ¿La entenderá Zapatero? De momento no ha dicho esta boca es mía.
Se veía venir: según ETA, la culpa de la muerte de los ecuatorianos la tuvo la Policía por no desalojar con diligencia el aparcamiento. Los etarras no querían asesinar a nadie. Olvidemos por tanto los daños colaterales: el "proceso" sigue en pie. Es imposible superar este ejercicio de cinismo.
El comunicado de la banda es brutal. Puro chantaje. El presidente comparece ante la Historia: puede quedar definitivamente como el gobernante más irresponsable e inepto de nuestra democracia o mostrarse firme, de una puñetera vez, ante los asesinos.
Me dicen: el problema es que hay 200.000 tipos detrás de ETA. Ya. Supongo que son doscientos mil tipos "oprimidos". El País Vasco es el reino del colesterol, señalaba José María Calleja esta mañana en la radio. No es que se viva bien, es que se vive de puta madre. A años luz de la miseria de los pueblos donde enterraron a los ecuatorianos. El caso es que esa gente no puede imponer sus delirios a fuerza de bombas a más de 40 millones de personas. Que acepten las reglas del juego y que persigan su mítica Euskal Herria en un ámbito de paz y libertad.

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