02 mayo 2008

2 DE MAYO

Tiene razón José María Ridao hoy, en El País, cuando dice que parece haber triunfado la consigna de "ningún año sin celebrar un aniversario". Tenemos la agenda bloqueada hasta el fin del mundo, evento que, por cierto, se quedará sin conmemoración (aunque quién sabe si los que cojan el relevo al ser humano adorarán esa fecha). Reconozco mi hartazgo por el periodismo aniversario, género del que soy víctima pero también cómplice necesario, ya que el sentimentalismo y, en ocasiones, la pereza intelectual obligan. Me gusta lo que han hecho los diarios en sus cuadernillos especiales sobre el 2 de mayo de 1808, informando de los hechos de hace 200 años como si hubieran sucedido ayer. Y aunque no me despierto por las mañanas pensando en Dios y en la patria me gusta el sarpullido que debe estar afectando a los nacionalistas en las campas de sus tribus. Lástima que cuando se apague el eco de los fastos sólo queden algunos libros oportunos u oportunistas, el recuerdo de una exposición, una película de Garci... y el Estatut de Cataluña.

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