Gran despliegue en El País: portada, editorial y tres páginas abriendo la sección de España, con infografía donde se describe el parte médico del psicópata Igor Portu. "Un etarra ingresa en la UCI por golpes sufridos en su detención". "Una detención con policontusiones". "Unas 200 personas denuncian las lesiones de Portu ante el hospital". La noticia importante aparece arrinconada en la última página: "Las detenciones propician el desmantelamiento de un zulo con detonaciones y explosivos". Mi periódico de referencia durante años convertido, definitivamente, en un hojaldre de serpientes, asumiendo la versión de los "malos". No alcanzo a comprender por qué. Rubalcaba defiende la versión de la Guardia Civil y el PNV le acusa de mentir. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, esa patética mujer con cara de bulldog, ha manifestado que la violencia de ETA "no se combate achicando la democracia, sino respetando los derechos humanos". IU, siempre alerta, exige la comparecencia del ministro. Y, claro, Amnistía Internacional pide "una investigación independiente, exhaustiva e imparcial para establecer si hubo violaciones de derechos humanos durante la detención".
Por suerte, los "buenos" siguen haciendo su trabajo y han hallado hoy en Lesaka (Navarra) un segundo escondrijo con bidones repletos de química para matar.
Actualizado: Los propios asesinos de la T-4 desbaratan la patraña de las torturas.
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