07 enero 2008

ADONDE VAN LOS DESEOS

Un deseo puede ser tan pequeño como un hámster o tan grande como la paz. En uno de los miles de globos que almacenó el famoso árbol del parque del Retiro durante esta Navidad leí: "Que en 2008 desaparezcan las migrañas". La salud nunca es un deseo cuestionable. Al ver la apretada piña multicolor pensé que los anhelos no echarían a volar una vez liberados, que la gravedad se aprovecharía de los escapes de helio, pero el día de Reyes una ventolera acudió al rescate y llevó los globos adonde van los deseos: quizás a engancharse en la rama del desengaño, quizás a caer sobre el asfalto del olvido. Tal vez -por qué no- a ascender aprovechando la corriente térmica de la creencia en nosotros mismos.

Foto: Jaime García.

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