29 octubre 2007

MISTERIO SOBRE LOS MALOS TIEMPOS

Escucho esta frase en un pasillo: "Puedo entender que haya directivos que no den más de sí, que tomen decisiones erróneas o, incluso, que sean unos mediocres peligrosos, pero la mayoría tiene las espaldas cubiertas, una salida, un blindaje o lo que sea. Lo que nunca comprenderé es que empleados que han puesto todos sus huevos en un cesto adopten una postura funcionarial y mezquina, que releguen el trabajo bien hecho por el afán enfermizo de no regalar un gramo de esfuerzo, un minuto de tiempo... como si estuvieran cobrándose deudas cada día. Ese orgullo mal entendido, que yo sepa, no da de comer".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué injusto eres! El tonto trabajador, el que no tiene nada blindado (ni una puñetera caja fuerte en casa), el que paga hipoteca, el que es controlado con los fichajes, el que debe cumplir las órdenes absurdas de sus jefes no se puede quejar. Que se joda, que para eso es un pringado y no ha sabido ser pelota, que es lo único que tiene valor en estos medios de putas (con todo mi respeto hacia ellas que sí que son profesionales). Los que valen que se pudran y a los inútiles a pagarles sueldos millonarios por sus descorcentantes ineptitudes. Y cuando todos estemos en el paro, ellos nos culparán. Pobres jefes, qué pena dan y encima nadie les entiende (añadamos otro plus por su desgracia). ¡Ay, será mejor que me calle!

Anónimo dijo...

Está claro que te has equivocado de pasillo. Debes salir inmediatamente de él, avandonarlo y tabicarlo después, dejando dentro al memo que ha pronunciado esa frase, para que no pueda pasar por ahí ningún alma cándida que se contamine al escuchar semejantes necedades.
Pero si no haces eso y vuelves a pasar por el pasillo y a oir al mismo individuo, entérate quienes son esos ejecutivos, por si hay que hacer una carta de adhesión para que no se vayan, y, sobre todo, dinos el nombre del autor de la frase célebre, que cada vez hay menos cosas de que reír y ese tío promete.

Mike Muddy dijo...

La frase no es mía. Y se dice el pecado, no el pecador. Sobre el pasillo en cuestión... es el que usamos los pobres. Lo que habrán oído esas paredes...

Anónimo dijo...

Lo dices de una manera que más que pasillo parece el muro de las lamentaciones. Pero creo que lo que vienes a decir es que:
Perdido el proletario en su abandono,
se cruza a algún cabrón de tomo y lomo.