08 diciembre 2005

PLAN CONCILIA

Quiero ser funcionario. Oiga, ministro Jordi, lo de los diez días por paternidad... ¿me los podría cobrar con carácter retroactivo? Y eso de salir a las seis de la tarde... ¡qué lujo, don Jordi! No me extraña que esté feliz “como ministro, como padre y como funcionario”. Aunque mi periódico considera en su editorial de hoy que esa conciliación de la vida laboral y familiar es insuficiente y electoralista. Claro, aquí nos lo montamos mucho mejor. Que entrevisten a mis hijas y verán lo contentas que están de compartir conmigo una hora al día, de 8 a 9, tiempo en que gestiono su despertar, su desayuno y su traslado al cole. Cuando las dejo en la puerta les digo: “Hala, hasta mañana”. Vamos, que están agotadas de ver a su padre. El “Plan Concilia” sólo afecta a la Administración General del Estado, así que habrá movidas por eso de los agravios comparativos. Lástima que el Gobierno no sea más ambicioso: si ampliara su propuesta a otros colectivos y, de paso, diera el voto a los inmigrantes -incluso a los “sin papeles”- podría estar en el machito por los siglos de los siglos. Piénselo, don Jordi.

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