22 diciembre 2005

LIBERTICIDAS

Sí, ya sé que Federico se pasa diez pueblos, que incendia la mañana, que insulta, que envenena la sangre... Sé que los del Grupo Risa han hecho una payasada intolerable fingiéndose Zapatero en una llamada telefónica al presidente electo de Bolivia, Evo Morales. Pero eso no justifica la Ley Audiovisual aprobada por el Parlamento catalán que permitirá a la Generalitat cerrar emisoras que le son hostiles (eso de que perseguirá a quien no dé “información veraz” me parece de chiste). Hablamos de censura pura y dura. Tanto dale que te pego con el franquismo y mira, los Carod y compañía lo han conseguido, lo han “resucitado”. Si Jiménez Losantos comete un delito, para eso están los tribunales. Que lo empapelen y ya está. Iñaki Gabilondo, el intoxicador de guante blanco, se tiró años faltando a la verdad (cómo mola este giro lingüístico políticamente correcto) desde su trinchera, donde aún buscan al terrorista suicida del 11-M y los votos que le tangaron a Kerry, pero a nadie se le ocurriría cerrar la Ser por eso. Si acaso, darle un premio. Iñaki purga ahora sus pecados presentando el informativo nocturno en Cuatro, con una audiencia insignificante. Confío que el ataque del tripartito a la libertad de expresión tenga su réplica en la próxima entrega de los Goya, con Animalario, los Bardem y la Sampietro al frente de la protesta.

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