22 diciembre 2008

COHECHOS NAVIDEÑOS (III)

Me llaman de cartería. "Tiene usted un paquete". Como no doy crédito, tardo un par de días en bajar. En efecto, tengo un paquete. Grande. Aunque no pesa mucho. Pero algo es algo. Como estoy de buen humor me descuelgo con una pregunta solidaria. "¿Qué, se nota la crisis?". Miradas de circunstancias. Los del servicio de reparto están hasta las narices. Lo de siempre. Además, tienen que avisar a los compañeros que han causado baja en la empresa en los últimos meses y aún reciben correspondencia aquí. Me piro con mi regalo. Llego a mi puesto. Cojo las tijeras y corto las cintas. Dentro hay un folleto de Disneyland París y una pequeña caja. No sé por qué me envían algo estos tipos, pero ese debate ya lo tendré luego. A lo mejor es una invitación para ir al parque. O un mp3 tuneado con el careto de Mickey.
Pues no. Es una bola para colgar en el árbol navideño.
Tócate los huevos.

Cohechos navideños I y II.

1 comentario:

Emma Peña Tojo dijo...

Pues a mí no me llega ni una bola de Navidad, ¡con la ilusión que me haría!, así que no te quejes... Aunque prefiero evitar la tentación porque si me la mandaran tal vez se la tirara a algún cabrón que conozco (prefiero no dar pistas)... ¡¡Felices fiestas!!