12 diciembre 2008

YO ME VOY DEL MANZANARES

El himno deberá cambiar ("Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden a millares, los que gustan del fútbol de emoción..."). También las costumbres. La imposibilidad de aparcar, al menos legalmente. La estación de metro de Pirámides. Las citas en el puente de Toledo. Los minis en los baretos de siempre. La humedad del Manzanares. El sol poniéndose detrás de la Ermita del Santo. La procesión por el Paseo de los Melancólicos con el berrinche encima tras el partido. Desinamus quod voluimos velle (Dejemos de querer lo que hemos querido), que dijo el clásico. Para un sentimental como yo, el golpe es duro, pero estoy convencido de que el cambio será para mejor. Un estadio moderno con capacidad para 75.000 personas (20.000 más que el actual) y, además, al lado de casa. A lo mejor hasta me hago socio, como en la década de 1980. Sólo falta que a la modernidad del escenario se le añada una más importante, estructural, para dejar atrás viejos complejos y fantasmas.

En la imagen, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente del Atleti, Enrique Cerezo, firman el acuerdo para la ampliación del Estadio Olímpico como futura sede del club y el derribo del Vicente Calderón.

El derribo del Vicente Calderón... cielos, donde Bruce dio el concierto de nuestras vidas.

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