07 abril 2008

HESTON

Charlton Heston vive en la patria de mi infancia y, por lo tanto, es para mí un héroe indiscutible a pesar del bobo de Michael Moore, que lo ridiculizó en “Bowling for Columbine” aprovechándose de su vejez y su enfermedad. Dentro de unos años nadie se acordará del supuesto documentalista XXL y sí del actor que dio vida a Judah Ben-Hur. Cuando le observo en esa foto reciente sosteniendo un rifle en su mano y gritando “From my cold dead hands” no veo a un facha susceptible de ser crucificado en el Salón del Progre (buena defensa de Oti Rodríguez Marchante en la Tercera de hoy de ABC), sino al actorazo que llenó tantas sesiones de cine en el colegio Obispo Perelló, donde nos reuníamos los chavales del barrio de la Concepción para echar la tarde del sábado. Entonces el mundo era en blanco y negro, pero en la gran pantalla era en tecnicolor y un tipo con un cayado era capaz de separar las aguas del Mar Rojo. Veo a Ben-Hur, a Moisés, a El Cid, al George Taylor de “El planeta de los simios”... aunque tengo que confesar que mis películas favoritas de Heston son “Cuando ruge la marabunta” y “El tormento y el éxtasis” (el arte es agonía, y pintar la Capilla Sixtina debió de ser una experiencia terrible; me gusta una escena en particular: Miguel Ángel escupe pintura desde lo alto del andamio y mancha, sin querer, el traje papal a Julio II -también excepcional Rex Harrison-; éste le pregunta, cabreado: “¿Cuándo acabarás?”, y el artista le contesta: “¡Cuando termine!”). Siempre he pensado que el cine es, por encima de todo, entretenimiento, y aquellas películas son la quintaesencia de lo que busco cuando pago la entrada. Así que como soy un sentimental siempre recordaré al épico Heston y perdonaré sus idas de pinza, y el que esté libre de culpa que tire la primera piedra.

1 comentario:

Antonio M. Figueras dijo...

Suscribo sus pasiones... Además, Michael Moore es un cenutrio porque no tiene ni puta idea de "montaje", algo indispensable en un buen documental...