03 abril 2007

COMPETIR CONTRA LA HISTORIA


Michael Phelps está en deuda con Mark Spitz. Como Armstrong con Indurain y Federer con Sampras. Como Alonso lo estará algún día (eso espero) con Schumacher. Retirado Ian Thorpe y a la baja Van den Hoogenband, la única motivación del nadador norteamericano es superar el registro de Mark Spitz en los Juegos Olímpicos de Múnich 72 (siete medallas de oro y otros tantos récords mundiales). De momento, lo ha igualado. En Pekín 2008 tendrá la oportunidad de vencer a su único "rival". Debe ser una sensación extraña tirarte a la piscina consciente de la irrelevancia de los que te acompañan; de que nadas contra un tipo que se zambulló hace treinta y tantos años. Creo que este ciberatleta esculpido a base de kilómetros de entrenamiento y horas de pesas, con tecnología y complementos alimenticios no disponibles en la década de 1970, conseguirá su objetivo. Después, la soledad. Es lo que tiene la cumbre, normalmente hay sitio para uno solo. Y, por último, una evidencia: el futuro alcanzará también a Phelps.

No hay comentarios: