25 marzo 2007

LOCOS EN LAS TERMÓPILAS











Lugarteniente: "Parecen tener sed".
Leónidas: "Démosles de beber".
Y los espartanos despeñan a los persas al mar...


El relato de Heródoto: «A los griegos que se hallaban en las Termópilas el primero que les anunció que iban a morir al rayar el día fue el adivino Megistias, pues lo había observado en las entrañas de las víctimas; posteriormente, hubo asimismo unos desertores que les informaron de la maniobra envolvente de los persas (...). Finalmente, los efectivos griegos se separaron y mientras que unos se retiraban, dispersándose en dirección a sus respectivas ciudades, otros se mostraron dispuestos a quedarse allí con Leónidas (...). Los bárbaros de Jerjes se lanzaron, pues, al asalto y, en aquellos instantes, los griegos de Leónidas, como personas que iban al encuentro de la muerte, se aventuraron, mucho más que en los primeros combates, a salir a la zona más ancha del desfiladero (...). Desplegaron contra los bárbaros todas las energías que les quedaban con un furor temerario. Llegó, finalmente, un momento en que la mayoría de ellos tenían ya sus lanzas rotas, pero siguieron matando a los persas con sus espadas. En el transcurso de esta gesta cayó Leónidas, tras un heroico comportamiento, y con él otros destacados espartiatas, cuyos nombres he conseguido averiguar, ya que fueron personajes dignos de ser recordados, y, asimismo, he logrado averiguar, en su totalidad, los nombres de los trescientos».

El relato de Zack Snyder y Frank Miller: Trillones de píxeles para convertir una nave industrial en el desfiladero de las Termópilas. Duras sesiones de gimnasio y empanadas de anabolizantes para reunir una banda de macistes enloquecidos que hagan frente a hordas y más hordas de persas depravados. Un Jerjes bujarrón que amenaza a Leónidas con el músculo del amor mientras le hace un masaje en los hombros. Rinocerontes, elefantes y criaturas importadas de la Tierra Media (desde un orco de tres metros a un traidor mezcla de Gollum y el jorobado de Notre Dame). Batallas en "bullet time" donde el espectador puede deleitarse con cabezas cortadas, miembros cercenados, cuerpos atravesados, chorros de sangre, montañas de cadáveres, nubes de flechas que cubren el sol... Altas dosis de incorrección política para que los apóstoles de la paz, la igualdad y la alianza de civilizaciones envíen al Tribunal de La Haya a todos los que han participado en la peli, desde el director al becario del café. Arengas marciales ("¡Esta noche cenaremos en el infierno!") y proclamas en favor de la libertad y la dignidad y en contra de la esclavitud. Polvo de despedida de Leónidas a su esposa digno de un rey de Esparta. Música épica y atronadora...

Estos tipos se pegan una pasada que escandalizaría a Heródoto.
Por mi parte... que me perdonen los que prefieren a Krzysztof Kieslowski, pero estuve las dos horas y pico sin pestañear.

1 comentario:

PacMan dijo...

Me crié con Leónidas, con su heroísmo y su táctica suicida. En la biblioteca del cole brillaba con luz propia ese acto de locura que hizo que millones fueran superados durante tres jornadas por una falange espartana. ¿300? Poco importan las cifras reales. Gracias a Leónidas mi imaginación germinó en años de blanco y negro, y se volvió rebelde, a su manera.

Ahora he tenido la oportunidad de ver cómo sufre una hilera de escudos la presión desbocada de millares de persas, y cómo contraataca a lanzadas. Así que si es un comic y su credibilidad histórica es dudosa, me la trae al pairo. Tampoco es humano el no-muerto Mickey Rourke de Sin City, y sigue molando contar sus víctimas cuando las va despachando.

Ha merecido la pena esperar estos 35 años para resolver la ecuación gráfica de esos griegos del siglo V A.C. Gracias, Mr. Miller. Siga usted así.