03 marzo 2007

EL TRAIDOR Y LOS DURMIENTES

El día que saltó la noticia me quedé como un boxeador sonado. Era evidente que iba a suceder, pero uno siempre confía en esquivar el golpe, o al menos en encajarlo de una manera distinta. ¿Por qué no iba a ser capaz de mirar hacia otro lado como tantas otras personas en este país, algunas incluso de mi entorno? Tracé un plan: nada de imágenes en la tele, nada de tertulias en la radio, nada de comentar la jugada en corrillos de la redacción y, por supuesto, nada de escribir un post sobre el asunto. Hablemos de Les Luthiers y de “Blade Runner” en el blog. Pongámonos a salvo del maremoto, dejemos que pase al menos la primera ola y después... ya veremos. La prevención fue inútil. ¿Habéis reflexionado alguna vez sobre las emboscadas informativas que nos tiende esta sociedad globalizada? A veces pienso que es imposible escapar. Accidentalmente escuché en una emisora el testimonio de un guardia civil que sobrevivió al atroz atentado de ETA de la plaza de la República Dominicana, en Madrid, en julio de 1986, en el que murieron doce de sus compañeros. Me quedé atenazado por el horror y la emoción. El recuerdo del olor a sangre y carne quemada, de los gritos desgarradores, de los cuerpos mutilados, de la muerte... hizo que el pobre hombre rompiera a llorar. El asesino de sus amigos, su propio asesino –no hace falta ser un zombi para estar muerto en vida- ha cosechado una gran victoria. Es el héroe.

El responsable de que Iñaki de Juana Chaos sea hoy un semidiós para una banda mafiosa, sus cómplices y alrededores, el traidor que ha procurado la derrota del Estado de Derecho y la humillación de las víctimas del terrorismo se escondió durante los primeros días detrás de dos de sus ministros, el “humanitario” Rubalcaba y la “comprensiva” De la Vega. Hoy ha reaparecido arropado por los suyos y se ha descolgado con esta declaración: “No es nuestro miedo ni la debilidad lo que le ha salvado, es nuestro valor y nuestra responsabilidad, el valor de luchar con toda determinación por lo que creemos, y creemos en el valor supremo de la vida y en el objetivo de que no haya más muertes por el terrorismo”. Nunca ha sido santo de mi devoción, como ha quedado patente en este blog (que no es político, como se obstinan algunos, sino que habla de “cosas que pasan”, y por desgracia Zapatero es una de esas cosas). En los tres años que lleva gobernando no ha hecho sino sembrar problemas, crispación y confusión entre los españoles; ha despertado a la bicha que nos separa, elevando una experiencia fallida –la II República- a la categoría de mito, desenterrando huesos en las cunetas y despreciando el esfuerzo de reconciliación de la Transición; ha auspiciado estatutos anticonstitucionales –y contradictorios entre sí- para que los nacionalistas rompan la solidaridad entre los diferentes pueblos de España, centrando el debate en el pasado neolítico y el blindaje de los ríos en vez de en preocupaciones reales; ha abierto las puertas a una inmigración galopante y desordenada que acabará generando graves conflictos sociales de los que, naturalmente, culpará a los “racistas” que viven en los barrios obreros; ha borrado a nuestro país de la esfera internacional, aliándose con dictadores de repúblicas bananeras y patrocinando la estupidez ésa de la “alianza de la civilizaciones” que, por cierto, no nos salvará de los yihadistas que tienen nostalgia de Al-Andalus. Pero nada de eso es comparable al acto de traición que acaba de protagonizar.

El ejercicio no es nuevo dentro de una progresía que, en el tránsito de la pegatina al BOE, perdió todos los escrúpulos. El PSOE tuvo mi confianza en los años 80, antes del timo del referéndum de la OTAN, de la corrupción y de los crímenes del GAL. No creo en las ideologías ni en los partidos, sino en la gente decente y en la alternancia política cuando a algún gobernante se le va la pinza. No hubo catarsis después de la lamentable recta final de la era Aznar. Los actuales dirigentes socialistas, los Zapatero, Rubalcaba, Pepiño Blanco, Patxi López... y el último fichaje, el tal Bermejo, junto con sus aliados, los matones de ERC y, en el horizonte, la “izquierda abertzale”, hacen que uno se avergüence de la clase política de este país. Desde esa autoridad moral superior e infinita que parece resguardarlos de todas las críticas, los progres han dado la espalda a la calle (como en su día hizo el PP con el apoyo a la guerra de Irak), pero parece importarles un pimiento. Creen que la jugada les va a salir bien, que después de cantarnos el trágala llegará un gesto de ETA que apacigüe los ánimos y reanime el “proceso”, es decir, la operación que les perpetuará en el poder, porque, no nos engañemos, los motivos para soltar a De Juana no son humanitarios, sino electorales, como lo es la apertura del melón estatutario. Todo lo que ha traído la excarcelación del terrorista es un monumento a la obscenidad, desde los últimos detalles conocidos de su estancia en el Hospital Doce de Octubre (resulta que el tipo, aún en los huesos, era un atleta sexual), hasta su recibimiento triunfal en el País Vasco, su ¿régimen? de visitas, las nuevas exigencias de los abertzales (si habéis soltado a Iñaki... ¿por qué no seguís con los demás?), las “disculpas” de la vicepresidenta del Gobierno por la “incertidumbre” creada, la bilis de esa máquina de insultar que es Pepiño, las explicaciones patéticas de la directora de Instituciones Penitenciarias sobre el control al que será sometido el psicópata... Lo sorprendente es que, a pesar del “quid pro quo” que espera de ETA, Zapatero no tema una revuelta ciudadana como la que sufrió su predecesor.

“Creemos en el valor supremo de la vida”. Con fingida cara de dolor por la decisión tomada, el anestesista continúa con su plan. Inalterable. Por más que se esfuerce, hay una desalmada frialdad en su gesto, en las cejas enarcadas, en el mover la cabeza negativamente cuando afirma algo, y viceversa, como si el lenguaje corporal hubiera asimilado esa defensa de una cosa y la contraria “marca de la casa”. El puñetazo directo a la mandíbula duele, pero hasta a un boxeador sonado le puede llegar un segundo aire, un atisbo de esperanza para levantarse de la lona y esperar el cambio. Entonces descubro que lo que verdaderamente me llena de desasosiego no es Zapatero, sino el gran número de conciudadanos que pasa de puntillas sobre esta tragedia, que se quita de en medio, que no quiere ver más allá de sus narices, que ha olvidado en unas pocas semanas el atentado de la T-4... No son extraterrestres, están entre nosotros, algunos son amigos o familiares. No es que traten de justificar la tropelía, es que no hablan de ella, o les da igual... Y si les aprietas, algunos dicen que estos lodos vienen por aquellos polvos de la foto de las Azores, del 11-M... Por más vueltas que le dé en la cabeza, nunca comprenderé el desistimiento de los durmientes.
Y nunca lo olvidaré.

6 comentarios:

Antonio M. Figueras dijo...

Del 11 al 13-M el Ejecutivo de Aznar dio muestras de ineptitud galopante y de cinismo partidario. Pero Zapatero lleva ya varios años en las mismas. Un tipo de quinta nos desgobierna. Y lo peor... es un "hooligan" de sus imbecilidades...

Anónimo dijo...

Alguien me insultó recientemente en este querido blog por plantear una grosera (lo reconozco) pregunta sobre "nuestro" (sí, por desgracia el de todos nosotros) presidente del Gobierno. No voy a repertir la cuestión, más que nada porque todas mis dudas, si es que había alguna por aquello de la concesión del beneficio, están disipadas. No es un cobarde, ni un traidor, ni un manipulador, ni siquiera un resentido. Es un hijo de puta peligroso, al que mueven un odio y una sed de venganza que va a terminar llevándonos en cualquier momento a un enfrentamiento social grave.
Espero, querido Alcalde, que usted se equivoque y no haya tantos durmientes como parece. Que sean simples seres aletargados que despierten dentro de dos meses paar ir mostrando a este... tipo, vamos a dejarlo en tipo, la puerta de salida. Aunque, visto lo visto, lo mismo alguien vendrá que bueno le hará (Zaplana, Acebes, Sorayita, Sinchán...).

Anónimo dijo...

Sorayita sorayita
mora de la morería
por mucho que haya oído
¿cuántos apellidos tenías?

Anónimo dijo...

Durmientes de otra época:
http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/200703/05/espana/20070305elpepunac_1.Pes.PDF.doc

Mike Muddy dijo...

Ah, se me olvidaba: los durmientes tiran de hemeroteca para sestear con la conciencia tranquila. El grupo mediático que apoya al Gobierno les hace el trabajo. El PP acercó presos, el PP cedió esto, lo otro y lo de más allá... El bombardeo será continuo de aquí a las elecciones municipales, como si el pecado de uno fuera la redención del otro. La situación no es la misma, y hasta mi hija de cinco años lo entiende: a pesar de los beneficios penitenciarios a los terroristas (siempre dudosos moralmente, los haga quien los haga) nunca un gobierno se dobló ante el chantaje puro y duro de ETA. Pero aunque así fuera... ¿estaría legitimada la medida actual? ¿Justificarían los durmientes que Zapatero, por ejemplo, enviara tropas a Irak? No habría por qué escandalizarse: ya lo hizo Aznar. Así que... ancha es Castilla.
Es curioso lo de las hemerotecas. Estos tipos nunca retroceden a la época oscura de "mister X", a pesar de que no pilla muy lejos.

Anónimo dijo...

Durmientes ¿o dormidos? Lo digo por aquello de Cela.
Excelente reflexión/comentario el tuyo, ballenato. Es tan bueno que merecería la pena que no fuera cierto. Pero la información que todos los días nos sorprende certifica la triste realidad; nos ratifica la estulticia del gobierno; nos demuestra el grado de maldad de sus componentes...
Zapatero, el tonto útil elevado a los altares paganos del poder, perdón, a los altares del poder pagano, ha resultado no ser tan tonto (que no hay tonto malo) y si ser muy útil, sobre todo, para catalanes separatistas, nacionalistas y etarras.
Empezó traicionándose a sí mismo al aceptar un cargo para el que no estaba preparado y, entre traspiés, trompicones, delaciones y navajazos, va por la vida abriendose paso con los brazos como Eduardo manostijeras.
Y con ese movimiento convulso de desesperación y miedo ha cortado las cadenas que retenían a De Juana, un asesino, y lo ha dejado en libertad. Es como si le apenara que este canalla estuviera inhabilitado para matar. La verdad es que este bicho etarra aún es jóven; todavía puede llevarse a unos cuantos por delante.... y Zapatero ha hacerse las muescas. Se las merece.
¡Qué pena de país! A qué término nos ha llevado este Calígula con el que no están de acuerdo, lógicamente, ni los suyos... y, el caso, es que algo tendrá Zapatero cuando lo maldicen.