Me han dicho ya dos o tres personas de las que gastan su tiempo leyendo estas letras (muchas gracias, chatos) que tenga cuidado con ciertos comentarios, que puede haber alguien malintencionado que me busque la ruina. Incluso una amiga me ha sugerido que me esconda detrás del apodo -Mike Muddy-, como hacía al principio. Os lo agradezco de veras, pero, sinceramente, no tengo motivos para cambiar de estrategia y sí argumentos para seguir adelante. El primero y más importante: éste es un espacio para la libertad (aunque no voy a sacar la guitarra como ZP para cantar temas de Simon & Garfunkel adaptados a su misal aconfesional), donde me expreso tal como soy, es decir, más falso que Judas :-) Segundo: necesito desahogarme, porque la vida es muy dura, y ciertas compañías, ni os cuento. Tercero: hay realidades irrefutables ante las que no puedo cerrar los ojos -las empresas explotan a sus trabajadores, hay buenos y malos compañeros (y algunos mediopensionistas), el periodismo es un negocio ruinoso, el presidente del Gobierno tiene sus limitaciones y el Estatut es una mierda-. Cuarto: no he matado a nadie (aún). Quinto: la prudencia sin un toque de irreverencia nos acerca a la pusilanimidad. Y no me querréis falto de valor, ¿verdad?
Mil gracias, siempre.
09 noviembre 2005
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1 comentario:
Ya que el clan no puede escuchar tus teorías más a menudo en las comidas del buey (y aparcar en la puerta de El Corte Inglés como se merece), al menos te puede leer en el blog. NO LO DEJES NUNCA. Es un soplo de frescura y de sinceridad en este mundillo que nos rodea. Por la libertad digital de muddy.
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