21 noviembre 2005

LA MALA EDUCACIÓN

De todas las sandeces que se están escribiendo en los últimos días sobre la ley educativa del Gobierno -la ya famosa LOE- por parte de los progres de guardarropía, la de Eduardo Mendoza hoy en “El País” es, por ahora, la más vomitiva que me he echado a la vista. He aquí un extracto: “La religión cuya enseñanza se reclama -es decir, la religión católica, apostólica y romana- pierde peso específico en España y lleva camino de convertirse en una secta, o en una secta de sectas, como la nación de naciones, frente a otras religiones de ámbito mundial (...). Durante varios siglos la Iglesia tuvo en España el monopolio de la educación y de sus aulas salió la clase dirigente más inculta, perezosa e incompetente del hemisferio occidental. Gracias a esto, este país no se ha visto libre de terribles episodios de violencia y odio, pero sí de la perturbadora lucha de clases (...). Del Estado sólo se espera un empleo fijo en el que encuentren acomodo la ineptitud y la holgazanería que una educación de sotana ha estampado en el genio de la raza o en los genes de la especie. Por esto es de justicia que ahora, al verse amenazada, la Iglesia católica saque en protesta a la calle a dos millones de personas. O a 100.000, según si la persona que hizo el cómputo aprendió a sumar en un colegio de curas o en la escuela laica de su barrio”. En fin, no sé por dónde empezar con este sujeto, que mancha su prestigio como escritor con bazofias como ésta; es que no hay por dónde cogerlo sin que me empape con sus babas de sectarismo. Me pregunto cuándo nos dejarán en paz los fanáticos de un color y de otro. El caso es que el PSOE, después de una LOGSE que superó con creces los “éxitos” de la educación de sotana a la que alude Mendoza, la ha vuelto a cagar con la LOE. Como el personal se ha cabreado y ha tomado la calle, los voceros del Gobierno han tocado la corneta: ¡A por los curas! Sinceramente, para mí no es relevante que a mis hijas les impartan o no religión en la escuela –mis creencias y mis dudas son un asunto íntimo que intento explicarles poco a poco y con honestidad; en cualquier caso, ellas decidirán en un futuro sobre la materia-; sí lo es poder elegir el centro donde quiero que estudien, que la educación que reciban sea de calidad y que el sistema no las convierta en unas inútiles irresponsables (aunque muy cívicas, eso sí). La excusa de la religión es como lo de “no hemos sabido vender nuestras reformas” o “el PP crispa” para explicar el batacazo que Zetapé y sus muchachos se están pegando en las encuestas. Fueran cien mil o dos millones los ciudadanos que se manifestaron contra la LOE en Madrid estoy convencido de que sólo un pequeño porcentaje estaba pensando en la asignatura de marras. No sé si la modernidad y la globalización liquidará a los católicos como sostiene el autor de "La ciudad de los prodigios", pero no me cabe duda de que los maestros que pasaron por su vida -religiosos o seglares- le dieron una mala, pésima educación.

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