
Delbosquista: dícese del defensor a ultranza del actual seleccionador (hombre tranquilo, cabal e impermeable a las provocaciones, al que se puede criticar —siempre con cariño—) y que detesta a Aragonés por bocazas, gruñón... y porque jubiló a Raúl.
Ambos bandos sufren la maldición de estar esperándose mutuamente hasta el día del juicio final. Desde que Luis abrió la espita tras el descarrilamiento ante Suiza (al César lo que es del César), no han parado de zaherirse en los medios de comunicación, especialmente en las tertulias radiofónicas y televisivas, que acaban convirtiéndose en un gallinero donde se sacan los trapos sucios y hasta los cadáveres escondidos en el armario de pasadas citas mundialistas. «Te recuerdo que Luis también jugaba con extremos», le escupe un analista a otro mientra le clava una mirada glacial, esperando, tal vez, que el interpelado se ponga un cilicio para mortificar sus pecadoras carnes. Al principio pensaba que la bronca no era más que un recurso para llenar las largas horas de programación, pero hay pullas que tienen un claro poso personal. ¿Carácter español? Digamos que simples pasiones humanas: lo importante, a veces, no es ganar o perder, sino tener razón.
Ambos bandos sufren la maldición de estar esperándose mutuamente hasta el día del juicio final. Desde que Luis abrió la espita tras el descarrilamiento ante Suiza (al César lo que es del César), no han parado de zaherirse en los medios de comunicación, especialmente en las tertulias radiofónicas y televisivas, que acaban convirtiéndose en un gallinero donde se sacan los trapos sucios y hasta los cadáveres escondidos en el armario de pasadas citas mundialistas. «Te recuerdo que Luis también jugaba con extremos», le escupe un analista a otro mientra le clava una mirada glacial, esperando, tal vez, que el interpelado se ponga un cilicio para mortificar sus pecadoras carnes. Al principio pensaba que la bronca no era más que un recurso para llenar las largas horas de programación, pero hay pullas que tienen un claro poso personal. ¿Carácter español? Digamos que simples pasiones humanas: lo importante, a veces, no es ganar o perder, sino tener razón.
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