28 junio 2010

LUISÓLOGOS Y DELBOSQUISTAS

Luisólogo: dícese del conocedor profundo de los códigos y pautas de conducta del ex seleccionador nacional de fútbol (también conocido como «sabio de Hortaleza» o «Zapatones»), que perdona sus «rajadas» porque son «cosas de Luis» y, a fin de cuentas, nos dio una Eurocopa y cuenta entre sus amistades con un sexador de pollos.

Delbosquista: dícese del defensor a ultranza del actual seleccionador (hombre tranquilo, cabal e impermeable a las provocaciones, al que se puede criticar —siempre con cariño—) y que detesta a Aragonés por bocazas, gruñón... y porque jubiló a Raúl.

Ambos bandos sufren la maldición de estar esperándose mutuamente hasta el día del juicio final. Desde que Luis abrió la espita tras el descarrilamiento ante Suiza (al César lo que es del César), no han parado de zaherirse en los medios de comunicación, especialmente en las tertulias radiofónicas y televisivas, que acaban convirtiéndose en un gallinero donde se sacan los trapos sucios y hasta los cadáveres escondidos en el armario de pasadas citas mundialistas. «Te recuerdo que Luis también jugaba con extremos», le escupe un analista a otro mientra le clava una mirada glacial, esperando, tal vez, que el interpelado se ponga un cilicio para mortificar sus pecadoras carnes. Al principio pensaba que la bronca no era más que un recurso para llenar las largas horas de programación, pero hay pullas que tienen un claro poso personal. ¿Carácter español? Digamos que simples pasiones humanas: lo importante, a veces, no es ganar o perder, sino tener razón.

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