El movimiento antisistema en favor de Garzón es hijo de esta filosofía guerracivilista que medra bajo la hégira de Zapatero, para quien la Transición es un experimento fracasado y es posible vivir una ucronía en la que Franco perdió la guerra. El acto de apoyo al juez en la Complutense enlaza con el glorioso performance de Rubalcaba el 13 de marzo de 2004, jornada de reflexión. La Universidad donde cursé mis estudios (maldito rector Berzosa por arrastrar el prestigio de la Complu por el fango) reunió a los del clan de la zeja y a los sindicatos (cuatro millones y medio de parados les contemplan) para insultar y coaccionar a los magistrados del Tribunal Supremo, "instrumentos del fascismo" que han abierto un proceso contra Garzón no porque quiso de juzgar los crímenes del franquismo, sino por presunta prevaricación. Es la mercancía puesta a la venta cuando ya se han agotado todas las excusas sobre la no-crisis, cuando se han subido los impuestos y se ha anunciado el abaratamiento del despido.
Por eso, aunque (todavía) no he estado allí, siento nostalgia de Nueva Zelanda.
(En el mapa, situación de España respecto de sus antípodas)
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