27 abril 2010

EL 15º OCHOMIL

La coreana que escala ochomiles de cuatro en cuatro (en 2008 fue capaz de despachar Makalu, Lhotse, Broad Peak y Manaslu en apenas cinco meses) acaba de hollar el Annapurna, venciendo el pulso que mantenía con Edurne Pasabán. Puede decirse que Oh Eun-Sun ha robado la cartera a sus rivales viniendo desde atrás y apoyada por todo un país. Hasta hace un par de años la disputa estaba entre la italiana Nives Meroi, la austriaca Gerlinde Kaltenbrunner y la española, que llegó al sprint final con la asignatura pendiente del Shisha Pangma, montaña que se le ha resistido cuatro veces. Seguro que Edurne se acuerda ahora de esos intentos fallidos; aunque tanto ella como las demás han manifestado no estar obsesionadas por esta carrera, parece que sólo la purista Kaltenbrunner ha sido completamente sincera. Pasar a la historia como la primera mujer en conquistar los catorce ochomiles del planeta no es asunto baladí. Pero a Miss Oh le queda ahora el 15º ochomil: convencer a la anciana Elizabeth Hawley, la notaria oficiosa del Himalaya, la única persona autorizada para dar y quitar gloria en ese mundillo, de que sus hazañas son auténticas, en concreto la del Kangchenjunga (8.586). Las dudas sobre esta cumbre comenzaron en el campo base, cuando otros alpinistas que esperaban su oportunidad vieron improbable el éxito de la coreana a causa del mal tiempo. En su entrevista con Miss Hawley, Oh Eun-Sun aseguró que en la cima no había nada; en cambio, las expediciones que subieron inmediatamente después vieron botellas de oxígeno abandonadas. Para colmo, la foto que debía ser la prueba irrefutable fue tomada más abajo, y un par de sherpas han desmentido la versión de la coreana. Tal vez Pasabán (si finalmente puede con el Shisha) gane en los despachos lo que ha perdido sobre el terreno. El culebrón está servido y promete ser apasionante.

En la imagen, Edurne Pasabán y Miss Hawley.

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