BERNARDO Y LA PRENSA

Estaba ayer escuchando en la radio el post partido del Atleti con el Schalke 04 (eliminatoria previa de la Liga de Campeones) cuando conectaron con el Bernabéu, donde Bernardo Schuster estaba ofreciendo una rueda de prensa. El Madrid había jugado una pachanga en su trofeo doméstico. El entrenador sólo regaló una respuesta de más de cinco segundos a una pregunta. "Estoy cansado y quiero irme a casa. Seguro que ustedes también", dijo a los periodistas. Ridiculizó al rival, el Sporting de Lisboa ("Nos ayudó muchísimo porque creía que el partido empezaba a las once") y eludió opinar sobre los fichajes fallidos del RM o el sorteo de la Champions. Sentí vergüenza ajena. No por el borde de Bernardo (las gentes del fútbol, salvo excepciones, son vomitivas), sino por los chicos de la prensa. No comprendo cómo no le sacan los colores al individuo ése (¿no están ahí para informar a la afición, a la que Schuster, en última instancia, insulta con su actitud?) o, simplemente, se levantan y le dejan plantado.