04 julio 2008

EL SANTO PECADOR

No podía imaginarme a David Duchovny fuera de la piel del agente Mulder, pero... lo que son las cosas, ahora me costará imaginármelo componiendo un personaje que no sea el de Hank Moody. Divertida y transgresora, "Californication" es la última revelación televisiva. Un compañero me pasó la primera temporada y para mí ha sido como esos libros que engulles de una sentada. Como los capítulos duran apenas media hora siempre quieres ver uno más. Moody es un escritor con la musa extraviada que, después de mudarse de Nueva York a Los Angeles con su pareja y su hija para supervisar la adaptación cinematográfica de una de sus obras (peli que resulta ser una cagada), intenta mantenerse a flote en medio de un torbellino de sexo, alcohol y droga. En el borde de su maelstrom particular está Karen (fantástica Natascha McElhone), el salvavidas al que Hank intenta agarrarse antes de hundirse para siempre. El rostro del gran fornicador es, en el fondo, el del gran perdedor que escribe post anodinos en un blog y es manipulado por implacables lolitas. Ironías de la vida.

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