Oti Rodríguez Marchante, uno de los pocos críticos cinematográficos a los que doy crédito, dice que no sabe si tomársela en serio o en broma, pero que se ha divertido de lo lindo. Una de las virtudes de “Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto” es precisamente ésa: se trata de una película tenebrosa... y también divertidísima. Para dejarse llevar por la montaña rusa de puro entretenimiento hay que acatar el código de esos piratas descacharrantes y gamberros que luchan con fantasmas y leviatanes, que lloran la pérdida de su ron en la batalla, que filosofan sobre la vida y la muerte leyendo la Biblia al revés... Y luego está Johnny Deep, claro, que ha creado un personaje inolvidable, el capitán Jack Sparrow, un tipo que se mueve entre la moralidad y la inmoralidad con la habilidad de un saltimbanqui. Habrá quien prefiera las pelis de Krzysztof Kieslowski o los profundos dramas sociales del cine patrio, pero yo me quedo con las aventuras de la tripulación de la “Perla Negra” por los mares de la imaginación.
23 agosto 2006
UNA DE PIRATAS
Oti Rodríguez Marchante, uno de los pocos críticos cinematográficos a los que doy crédito, dice que no sabe si tomársela en serio o en broma, pero que se ha divertido de lo lindo. Una de las virtudes de “Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto” es precisamente ésa: se trata de una película tenebrosa... y también divertidísima. Para dejarse llevar por la montaña rusa de puro entretenimiento hay que acatar el código de esos piratas descacharrantes y gamberros que luchan con fantasmas y leviatanes, que lloran la pérdida de su ron en la batalla, que filosofan sobre la vida y la muerte leyendo la Biblia al revés... Y luego está Johnny Deep, claro, que ha creado un personaje inolvidable, el capitán Jack Sparrow, un tipo que se mueve entre la moralidad y la inmoralidad con la habilidad de un saltimbanqui. Habrá quien prefiera las pelis de Krzysztof Kieslowski o los profundos dramas sociales del cine patrio, pero yo me quedo con las aventuras de la tripulación de la “Perla Negra” por los mares de la imaginación.
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2 comentarios:
Buena y entretenida, Jonny Deep soberbio, como siempre. La nena sosita y demasiados moluscos...
La indefinición de Sparrow le da empaque al personaje: moral e inmoral, con pelo y con pluma, cómico y trágico... A Orlando Bloom se lo comen hasta los secundarios, que lo bordan. Y la nena, en efecto, es un poco sosa.
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