04 enero 2011

VIVIR Y GANARSE LA VIDA

Ayer un grupo de compañeros asistimos a la primera entrega del "Streap-tease sentimental en doce noches" de Alfonso Armada, una performance inclasificable donde el autor recita poesía con el acompañamiento de músicos. En esta ocasión, los socios fueron Pablo Guerrero y Nacho Sáenz de Tejada. El primer lunes de cada mes de 2011, en la Sala Cuarta Pared, Armada cubrirá una etapa de su libro "TSYC. Diario de Sombras", escrito cada día de 1989: 365 poemas que relatan la construcción y deconstrucción del amor en un contexto cuya clave de bóveda solo conoce el propio poeta. "El libro es impublicable. Demasiado largo. Y, además, necesitaría hacerme con los derechos de las fotografías que acompañan los textos". Tal vez algún día se anime a hacer una pequeña edición y podamos descifrar más cosas de ese diario que el experimento recitado simplemente nos dejó entrever. En cualquier caso, la apuesta es recomendable para amigos, enemigos y neutrales de Armada.
Tras la representación se formaron pequeños corrillos en los que Alfonso iba picoteando. Un compañero con visión práctica del mundo le comentó: "Muy bien, muy bien... pero con esto no puedes ganarte la vida. Más vale que sigas dedicándote al periodismo". Cierto. La recaudación sirvió para pagar a los músicos, precio de amigo, y poco más. El asunto me hizo reflexionar sobre las prioridades del ser humano y nuestra natural tendencia a "ganarnos la vida" por encima de "vivir". Ese poemario escrito jornada a jornada durante un año, probablemente con una mezcla de apasionamiento, frustración y hasta pereza, con un hurto cierto de horas de sueño, es una manifestación del vivir; lo mismo que recitar los versos propios (desnudarse) ante un público que, antes de entrar en la sala, desconocía el casamiento de Armada con una guía rusa llamada Anna Z. y todo lo que sobrevino después. Ganarnos la vida está bien, hay que comer y criar a la prole, pero esa actividad supone un ejercicio de impostura. No creo que nuestro yo auténtico se encuentre ahí, sino en lo que hacemos sin ánimo de lucro, solo por sentirnos bien y hacer sentir bien a los demás. En la improductiva, impublicable y maravillosa pérdida de tiempo que nos inspira el hecho de vivir.
El recital, aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Una guía rusa? Las mujeres eslavas son de una belleza que rompe el aire...

Antonio M. Figueras

Luis de Lope dijo...

Cada vez que te leo me inspiras. Debe ser custión del 64...
El último párrafo genial y la última frase brillante: "En la improductiva, impublicable y maravillosa pérdida de tiempo que nos inspira el hecho de vivir". Lástima que no nos demos cuenta de que vivimos ganándonos la vida.