
Lo reconozco: no me gusta el cine español. Durante un tiempo tuve prejuicios porque me jode ese liderazgo moral que se arrogan estos tipos capaces de dictar un cordón sanitario contra quien no comulga con la secta, pero siguiendo el consejo de otro amigo he llegado a distinguir sus dos almas: la de profesionales de la industria del entretenimiento y la de socios del clan de la Zeja. Es por eso que admiro a Javier Bardem cuando no abre la boca él, sino Anton Chigurh, por ejemplo. Lo mismo puedo decir de Luis Tosar y su Malamadre, personaje por el que será recordado siempre. Superado el problema, tengo que seguir reconociéndolo: no me gusta el cine español. Me aburren soberanamente las historias de cuenco y cucharón, los dramones sociales, la revisión de la guerra civil, la leña a los curas, la niña abducida por el opus y las comedias baratas. Por eso no daba crédito a lo que estaba viendo. Un impresionante thriller carcelario con personajes creíbles y un guión que te atrapa desde el primer hasta el último fotograma. Soberbio Tosar, que ganará el Goya (o nos hemos vuelto locos del todo), conmovedor en su brutalidad, y también los secundarios, especialmente Carlos Bardem, Vicente Romero y Manuel Morón. "Un milagro que en España salga cine tan bueno como éste", dice una crítica recogida -sorprendentemente- en la web oficial (¿incredulidad de los propios creadores?). Una dura, amarga, trepidante película que demuestra que sí, que es posible el gran cine en estos lares.
La crítica de Oti Rodríguez Marchante.
2 comentarios:
Ves como al final me das la razón... Ay, ya sabes que rozo la perfección y siempre tengo razón, je, je... Jaque mate. Jamás olvidaré este post
Bueno, bueno, la excepción no hace la regla...
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