05 enero 2009

EL BUS ATEO

Envidio a los ateos. En serio. En el fondo, el suyo es el mayor acto de fe posible, aunque dudo que el hedonismo sea un refugio seguro de por vida. Quiero decir que a todos nos llega la hora. Y en el trance final hay que tenerlos cuadrados para afirmar eso de que "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida", el eslogan pagado por Ateos de Cataluña que lucirán próximamente dos autobuses de Barcelona. La campaña, con la misma consigna, nació en el Reino Unido y ha causado rechazo entre entidades cristianas (que dicho sea de paso no tienen otra cosa que hacer que indignarse por estas menudencias). Creo que la duda es más humana, aunque sea terrible. Por dudar, lo hizo hasta Teresa de Calcuta. Que conste que suscribo eso de "gozar de la vida". Ahora bien, lo de no preocuparme es complicado. Incluso abrazando el ateísmo. No me veo pidiendo pista y, encogiéndome de hombros, exclamando "¡que me quiten lo bailao!", porque hasta el más descreído de los mortales, incluso el memo que en plena crisis económica profesa su fe en la nada pagando un anuncio en un bus, no quiere dejar de bailar. Aunque sea con San Pedro.

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