LO LEGAL Y LO JUSTO

Iñaki de Juana Chaos, asesino de 25 personas (que se sepa), un terrorista implacable que jamás se ha arrepentido de sus crímenes, estará en libertad, en el peor de los casos, dentro de un año (el Gobierno podría concederle el tercer grado de forma inmediata). La decisión del Supremo no deja lugar a dudas y, según expertos juristas, está sujeta a Derecho. Lo mismo opinan políticos y periodistas que parecen encantados con el resultado, como Javier Rojo, Patxi López, Ernesto Ekáizer y tantos otros. Es lo que pasa por juzgar a las alimañas con el Código Penal franquista y no haber hecho nada al respecto durante los años del plomo, cuando ETA mataba cien personas por curso y había que enterrarlas casi a escondidas. Dejando al margen las rebajas de la Fiscalía (de 96 años a 12, y de 12 a 4) para acomodarse a los tiempos (el etarra “está en el proceso”), el Estado de Derecho que tanto molesta a Oleguer Presas es un auténtico chollo. Al menos para algunos. Así que De Juana podrá dejar de hacer dieta y de meter tripa, beberse la sopa que Otegi le ofrezca en la frontera de Euskal Herria y descorchar champán (una botella más) para celebrar el sufrimiento de las víctimas de su fanatismo. De ellas me acuerdo y me compadezco en este momento de desolación absoluta. Jugada redonda para la banda. Ahora se ve perfectamente el encaje de las piezas del guión, como en los últimos minutos de “El truco final”. Huelga de hambre, chantaje, solidaridad de los malos, comprensión de algunos “buenos”, entrevista en “The Times”... y los cadáveres olvidados en un almacén. El prestigio es el asesino riéndose de todos. La película “Las costillas de Iñaki” ha terminado. Pero aún quedan muchas más amargas píldoras que tragar.