20 junio 2011

HASTA SIEMPRE, BIG MAN

El parte radiofónico llega a su fin cuando pinchan "I'm on fire". Entonces la locutora dice: "La pasada madrugada murió...". Durante una décima de segundo me da un vuelco el corazón, porque creo que el nombre que le falta a la frase es el de Bruce Springsteen. Recordando la anécdota en una reunión familiar, me descuelgo con las siguientes declaraciones: "El día que palme Bruce (si logro sobrevivirle) me llevaré un disgusto notable". "¡Qué exagerado!", me dice mi cuñado. "¿Exagerado? Me apenará más su muerte que la de algún pariente, no lo dudes". No me refiero a él, matizo, ni a ninguno de los presentes. Pero volvamos al momento triste. Dice la locutora. "La pasada madrugada murió Clarence Clemons, saxofonista de Bruce Springsteen". No añade más. Sigue "I'm on fire", donde Big Man no tiene protagonismo alguno, hasta que se funde con la melodía del informativo. Para dar la noticia así, no la des, pienso, bastante cabreado.

Clarence Clemons falleció en Florida el sábado 18 de junio, a los 69 años, a causa de las complicaciones derivadas de un derrame cerebral. Recuerdo la última vez que lo vi, en Valladolid, hace casi dos años. Llegó al escenario en un cochecito de esos que se usan en los campos de golf. "Está mayor y un poco perjudicado, pero da la impresión de que morirá tocando el saxo", escribí entonces en el blog. Tenía problemas de espalda y de rodillas, y necesitaba descansar en una silla a menudo durante el concierto. En Pucela se esforzó con "Spirit in the Night", "The Promised Land", la trepidante "Born to Run" y, sobre todo, "Bobby Jean", un himno para mis colegas y un servidor: ese interminable soplido final nos pone los pelos de punta cuando lo escuchamos. Aunque yo siempre recordaré a Clarence "Big Man" Clemons por su impresionante solo en "Jungleland"; esos minutos estremecedores hacen de una gran canción una pieza maestra.

"He was my great friend, my partner", dice Bruce en su web. Clarence estuvo ahí desde el principio, desde "Greetings from Asbury Park, N. J." (1973); estuvo en la portada del "Born to Run" (1975) en la que el Boss aparece con su Fender Squire colgada al hombro, apoyándose sobre la espalda de su amigo, y en cientos de conciertos plagados de bromas, sonrisas y complicidades. Cuando en mitad de un tema Bruce provocaba a The Big Man para que soplara el saxo sabías que algo grande iba a suceder, el momento de la comunión de la "religión verdadera", a decir de Manuel de la Fuente, a quien he dado el pésame esta mañana, y él a mí.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido guia espiritual has visto el video que han colgado en Point Blank. Parece que esto se termina ya van dos bajas.