08 junio 2011

DEMASIADO TAPADAS PARA LA FIFA

Las chicas lloran desconsoladamente sobre el césped del estadio de Amán. Han perdido 3-0 ante Jordania y se esfuma la posibilidad de representar a su país en los Juegos Olímpicos de Londres. La derrota no se ha producido en el terreno de juego, sino en los despachos: un representante de la FIFA ha decidido que su equipación —una especie de chándal-hiyab confeccionado con tejido transpirable de última generación, más un pañuelo o gorrito blanco en la cabeza— infringe un reglamento que prohíbe a los jugadores «mostrar mensajes o lemas políticos, religiosos, comerciales o personales». El fútbol femenino es muy popular en Irán, aunque el régimen de Ahmadineyad no permite a las mujeres entrar en los estadios ya que, según los ulemas, el ambiente no es el más apropiado para ellas.

«Es una decisión denigrante que demuestra la islamofobia occidental», señala M. Laure Rodríguez, presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España. «La vestimenta que usan no implica problema alguno de seguridad para las jugadoras ni para sus rivales. Tampoco exhiben frases del tipo “Alá es grande”. Siguiendo los propios argumentos de la FIFA, el hecho de ir sin pañuelo podría ser un símbolo de laicismo, ¿no? En otros deportes, como el atletismo, no hay problemas con esto. Y en la Final Four de baloncesto la Euroliga cambió el horario para que el Maccabi de Tel Aviv pudiera celebrar el Yom Hazikarón o Día del Recuerdo, homenaje a los soldados caídos y las víctimas del terrorismo. El respeto a las creencias religiosas y a la identidad solo vale para algunos».

Rodríguez, investigadora del Instituto de Estudios Euromediterráneos de la Universidad Complutense, ha analizado el tratamiento que hacen los medios de comunicación de la mujer musulmana. «El 98 por 100 de las noticias se centra en su forma de vestir, como si no hubiera otros problemas más graves», concluye.

Las iraníes habían batido en la primera ronda clasificatoria para Londres 2012 a las selecciones de Palestina, Bahréin yJordania, y llevaban bastante bien encarrilado su objetivo. Pero la derrota ante Jordania y, posteriormente, Vietnam, les ha cerrado el camino. Durante los Juegos Olímpicos de la Juventud 2010, celebrados en Singapur, ya habían recibido una advertencia y las chicas accedieron a jugar con un pañuelo más pequeño. «Se hicieron los cambios y todo parecía solucionado. Esta decisión nos ha sorprendido», se lamenta Farida Shojaei, vicepresidenta de la Federación de Fútbol Femenino de Irán. Las mujeres jordanas se tapan más o menos dependiendo de su nivel de piedad o de sus códigos sociales. Por eso la selección de ese país prescindió de algunas futbolistas que no estaban dispuestas a saltar al césped sin su hiyab. Arabia Saudí, por su parte, es contradictoria: no es lo mismo el rigor de La Meca que la flexibilidad de Riad. Pero en Irán es distinto. Allí están obligadas por ley.

«¿Qué poder tiene la FIFA para pasar por encima de las leyes de un país, nos gusten o no?», se pregunta Taliba Ferrero, deportista musulmana (practica artes marciales) y guionista de cine. «Si sus gerifaltes fueran iraníes... ¿obligarían a las futbolistas francesas a ir con la cabeza cubierta? La vestimenta se ha convertido en un argumento muy interesante en Irán para que las mujeres se preocupen por ello en vez de por sus libertades.Y Occidente, en vez de facilitar la apertura en el país de los ayatolás ayudando al deporte femenino, en general, y al fútbol en particular, está también preocupado por los trapos. Esas mujeres, para dedicarse a lo que les gusta, tienen que ir vestidas así. La decisión de la FIFA no solo es poco apropiada; es insolidaria. Así que... o se hace un boicot en toda regla a Irán por sus leyes, o se permite a sus ciudadanos salir y relacionarse».

El máximo organismo del fútbol mundial insiste en que «saltar al campo con la cabeza y el cuello totalmente cubiertos va en contra de las normas». No hay paso atrás. Los partidos no se jugarán. Las futbolistas iraníes lloran.

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