Esta mañana nos hemos desayunado con la última (o penúltima) oferta de la empresa, en vísperas de una huelga que podría desconvocarse (o no). Sigo con el monotema, pero... ¿qué otra cosa puedo hacer?
Ya lo sabemos: por muy violenta que sea, no sufrimos una tormenta pasajera. Esto es el fin de un modelo en el que un número importante de profesionales hemos vivido confortablemente durante los últimos años. La crisis económica es el descabello (mira que uso términos taurinos siendo un antitaurino confeso). La diferencia entre estar en la lista negra o no estar es, simplemente, una prórroga, y más bien corta. La prensa deberá adaptarse a los nuevos tiempos o engrosar el listado de especies extinguidas.
Para el que tenga ganas de leer más: El fin del papel.
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