26 diciembre 2005

MORIR EN NAVIDAD

Mi padre enfermó en Navidad. Depresión, decían los médicos al principio. Un tumor cerebral se lo llevó dos meses después. Desde entonces, no culpo a la Navidad, ni me entristezco más estos días que cualquier otro del año en que me asaltan los recuerdos. A este ejercicio me ayudan mis hijas, que son mi fuerza, pero también mi debilidad. Ayer, 25 de diciembre, murió el hermano de Alexis, compañero de fatigas, de risas y de confidencias. Llevaba en coma desde el verano, porque así es la vida cuando le da por joder. Pudo Dios o quien decida nuestro destino haber escogido otro día, pero no, tuvo que ser el día de Navidad: el sueño profundísimo se transformó en despedida, y la madre de Alexis tuvo que afrontar el dolor más terrible del mundo, perder a un hijo. La muerte no debería recrearse en su crueldad, alguien tendría que pararle los pies, al menos en estas fechas. Desde aquí todo mi afecto y solidaridad a Alexis y su familia.

22 diciembre 2005

LIBERTICIDAS

Sí, ya sé que Federico se pasa diez pueblos, que incendia la mañana, que insulta, que envenena la sangre... Sé que los del Grupo Risa han hecho una payasada intolerable fingiéndose Zapatero en una llamada telefónica al presidente electo de Bolivia, Evo Morales. Pero eso no justifica la Ley Audiovisual aprobada por el Parlamento catalán que permitirá a la Generalitat cerrar emisoras que le son hostiles (eso de que perseguirá a quien no dé “información veraz” me parece de chiste). Hablamos de censura pura y dura. Tanto dale que te pego con el franquismo y mira, los Carod y compañía lo han conseguido, lo han “resucitado”. Si Jiménez Losantos comete un delito, para eso están los tribunales. Que lo empapelen y ya está. Iñaki Gabilondo, el intoxicador de guante blanco, se tiró años faltando a la verdad (cómo mola este giro lingüístico políticamente correcto) desde su trinchera, donde aún buscan al terrorista suicida del 11-M y los votos que le tangaron a Kerry, pero a nadie se le ocurriría cerrar la Ser por eso. Si acaso, darle un premio. Iñaki purga ahora sus pecados presentando el informativo nocturno en Cuatro, con una audiencia insignificante. Confío que el ataque del tripartito a la libertad de expresión tenga su réplica en la próxima entrega de los Goya, con Animalario, los Bardem y la Sampietro al frente de la protesta.

21 diciembre 2005

COHECHOS NAVIDEÑOS

Cajas y más cajas. Paquetes y más paquetes. Pero todos pasan de largo. Algunos compañeros van en procesión al aparcamiento para llenar los maleteros de sus coches. Luego suben a la redacción y vuelven a cargar. Oigan, y por mi negociado ni una mísera agenda. Eso me pasa por escribir de inmigración, de violencia de género, de sucesos, de tráfico, de incendios, de temporales... A ver, ¿qué subsahariano de la valla o de la patera me va a enviar un regalito navideño si no tiene dónde caerse muerto? La verdad, recordando a esa gente, a los que se dejaron la piel a tiras (y algunos su último aliento) en las alambradas de Ceuta y Melilla, pienso que la Navidad, esta Navidad de comilonas y tarjetas de crédito quemadas, sólo alcanza a los de nuestra orilla del mapa.

19 diciembre 2005

BATIDO POR PAPUCHI

Hace un año publiqué un reportaje sobre el carné por puntos. Se titulaba: “Cómo perder el carné de conducir en una mañana”. Tuvo más de 20.000 visitas en la página web de ABC, y me sentí muy satisfecho. Durante unas semanas fui vigilando el ranking y comprobé, sorprendido, que aguantaba el tirón. Luego perdí el interés por estas estadísticas (seguro que me habrán superado varias veces durante estos meses, pero ojos que no ven, corazón que no siente). Hasta hoy. Hoy he tenido la certeza de la derrota. Papuchi me ha batido. “Fallece, en Madrid, a los 90 años de edad, el doctor Iglesias Puga” (más conocido como el papuchi de Julio Iglesias). Enfilando las 30.000 visitas a estas horas. No somos nadie, y menos al lado de estos bombazos informativos.

EL RETORNO DEL REY

No soy muy objetivo con Peter Jackson, porque llevó al cine el libro de mi vida y, además, lo hizo extraordinariamente bien. Así que tiene crédito conmigo para equivocarse unas cuantas veces. Le pasa lo mismo a Ridley Scott, por ejemplo, al que puse en los altares después de “Alien” y “Blade Runner” y ahí sigue, a pesar de algunos pinchazos evidentes. Pero es que Jackson ha hecho un “King Kong” que no es sólo la versión corregida y aumentada de las anteriores, sino que es gran cine, cine con mayúsculas, una montaña rusa de emociones y entretenimiento, una reinvención del mito de la bella y la bestia con una bella, Naomi Watts, que se sale cuando ríe, cuando llora y cuando mira, y una bestia que en su impresionante virtualidad es más real, más auténtica que algunos gorilas con los que nos cruzamos a diario. La recreación del Nueva York de los años 30 es maravillosa, y los efectos especiales convierten casi en una antigualla lo visto hasta ahora: la estampida de los dinosaurios por el cañón y la pelea de Kong con los tiranosaurios que se quieren zampar a su amada no tienen parangón. Jackson es el nuevo rey Midas de Hollywood, el niño grande que colecciona recuerdos del cine –figuras, carteles- y participa en el diseño de videojuegos. Ya no es el hobbit gordinflón que rodó “El Señor de los Anillos” (ha desterrado las hamburguesas de su dieta), pero sigue teniendo el mismo aire desaliñado, gamberro y cercano. Un peligro: que con la billetera llena se le vaya la pinza y olvide su oficio. Nos perderíamos algunas obras maestras que están por venir.

15 diciembre 2005

RÉQUIEM POR EL HUMO

Voy a dejar de fumar. No ha sido decisión mía, sino de los políticos, que se han puesto muy farrucos en la batalla contra el vicio. Qué pena. Ya no disfrutaré de esas inmensas humaredas que me han acompañado durante 18 años en la redacción, sobre todo en momentos de crisis (¡ah, ese 11-M y lo que vino después, jornadas de cuchillos largos respirando la nube tóxica en comunión con mis compañeros, cuántas crónicas inspiradas por la nicotina!). Nuestros ancestros guardaban la petaca en la papelera y cada lingotazo valía por una subordinada. Aquello se acabó. Ahora la peña consume botellas de agua mineral y, algún atrevido, coca cola light. Y nos quieren quitar el tabaco. ¿Cómo diablos pretenden que escribamos algo digno? Un periodista sin humo es un vulgar juntaletras, válgame el cielo. Ya no apestará la ropa al llegar a casa, ni tendré que colgarla en el tendedero para que se airee, ni podré tirarme el pisto con mi santa (es que mi curro es muy estresante, cariño, y los pitillos se chupan a paquete por hora). ¿Y las discusiones? “¡Cierra la ventana, que se me escarcha el moquillo!”. “¡Pues apaga el cigarro, coño!”.
“Desinamus quod voluimus velle”, escribió Séneca. Dejemos de querer lo que hemos querido.
Pues eso. Voy a dejar de ser fumador pasivo.

13 diciembre 2005

CHAPAPOTE RELOADED

Cuatro viajes a Galicia, casi 10.000 kilómetros de “callejeo” por la Costa de la Muerte y las Rías Bajas y decenas de crónicas y reportajes después me acabo de enterar por El País de que el Gobierno de Aznar decidió alejar el “Prestige” de la costa. Exclusiva mundial. Ah, que la decisión se tomó desde el primer momento. ¿Antes o después de que Mangouras, el capitán del petrolero, avisara a Salvamento Marítimo de que se hundía irremisiblemente? Eso no lo cuenta mi admirado Luis Gómez de la época en que escribía de ciclismo, no tan admirado desde que se dedica a los sucesos-ficción. En fin, los chicos de Polanco se creen que los lectores somos idiotas. Insisto: hablo como lector de toda la vida, no como periodista. Siguen teniendo el mejor producto, pero un tercio del mismo es para potar y la gente ya lo va notando. Así están, haciendo campaña en Madrid. El otro día me llamaron por teléfono para que me suscribiera, y les dije que eso no, pero si tenían una oferta de trabajo me lo pensaría (ahí habló el periodista, no el lector).
Sobre el “Prestige” tengo claras un par de cosas: que fue un accidente y que el PP gestionó fatal la crisis, con torpeza y sin reflejos. Si era mejor alejar el buque o embarrancarlo en alguna playa o acantilado –veo complicado que hubiera sido posible llevarlo a algún puerto de refugio, entre otras cosas porque no existe tal instalación en Galicia-, tengo mis dudas. Al alejarlo se esparció el vertido; si se hubiera llevado a Muxía, por ejemplo, de cuyo litoral estuvo a tiro de piedra, habría sido el apocalipsis para el pueblo. El propio alcalde, del PP, me confesó, en un arranque de solidaridad suicida, su preferencia por la segunda opción. Discusión bizantina en cualquier caso: le sugiero al próximo Gobierno que sufra una marea negra, que todo se andará (espero que no le ocurra a Zapatero, no es por nada, ¿eh?), que pruebe esta solución a ver qué tal.
Así que el “Prestige”. E Irak, naturalmente. Cuarenta infernales batallas en 48 días. Joder, ni un fanático de la Play Station sufre tanto estrés bélico. Y sin un rasguño, colegas. Vaya tropas que tenemos, la hostia. Con la que está cayendo, el PSOE y Polanco, tanto monta, monta tanto, han recuperado a sus clásicos. Los estrategas llaman ahora a eso "contraprogramar". Puestos a sacar cadáveres del armario podríamos hablar de los GAL, los fondos reservados y Roldán. O, sin irnos tan lejos, del incendio de Guadalajara, donde murieron once personas. O, para centrarnos en lo peor, del 11-M. Yo sigo queriendo saber la verdad. ¿Para cuándo un análisis en El País?

Nota: El juez de Corcubión se negó dos veces a incorporar al sumario las "nuevas" cintas del "Prestige" por irrelevantes (ABC, 14-12-2005). "Es un criterio generalmente admitido que las eventuales responsabilidades políticas fueron solventadas en las elecciones que perdió el PP. Insistir por esa vía tres años después, resucitando la subcomisión parlamentaria constituida en su día, resulta hoy bastante artificioso" (glorioso editorial de El País, 14-12-2005, enmendándose la plana a sí mismo tres días después de resucitar el chapapote).

12 diciembre 2005

EL IMPERIO GALLEGO

Era cuestión de tiempo. Los del benegé quieren anexionarse zonas de Asturias y León, y, a poco que los dejen, cruzarán el charco para reclamar territorios de ultramar, porque también en América se habla gallego. Es lo que pasa cuando el Partido Socialista Ex obrero Ex español pacta con los nacionalistas para tocar poder: los socios rompen la Constitución hoja a hoja y montan la subasta de lo que ellos llaman “entidad supranacional” en menos que se chupa un espárrago. Zetapé, el Señor de las Tribus, podría frenar a la jauría que ha soltado si contara con el anillo único para gobernarlos a todos, pero a estas alturas le han robado hasta la bisutería. Me entristecería que Galicia tomara el mismo rumbo que Cataluña o el País Vasco, porque es una región de España que aprecio especialmente y tengo amigos y recuerdos gallegos en mi equipaje. He viajado mucho por allí en los últimos años, por trabajo y por turismo, he vivido dos mareas negras, he sido feliz disfrutando de sus piedras y su gastronomía, he sentido vértigo en sus acantilados, me he reído perdiéndome en sus rotondas y en sus acentos... Los gallegos son apreciados en todas partes, Anxo, y ése es el imperio que cuenta, el de los sentimientos, no el de cuatro provincias y cuatro pueblos fronterizos.

09 diciembre 2005

LA LIBERTAD MOLESTA

El 43 por ciento de los periodistas españoles con página web propia asegura haber recibido amenazas por los comentarios recogidos en ella, según el Informe Anual de la Profesión Periodística 2005, que edita la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Vaya, si seguimos así el futuro no será digital y republicano, como sostiene un amigo. Este mismo colega estuvo dándome la brasa con las bitácoras en una época en la que yo no les veía demasiada utilidad –escribo un diario a la antigua usanza desde hace 25 años, y ya me cuesta bastante mantenerlo vivo como para preocuparme por un blog-, pero al final creé “Pueblo de ballenas” por una necesidad compulsiva de desahogo y transgresión. Luego me dejé seducir por el carácter libérrimo de la fórmula y ahora, lo reconozco, soy todo un converso. Pero me preocupa la citada noticia. Me preocupa que los torquemadas no se extingan, que siempre haya algún capullo de guardia para estrangular cualquier soplo de libertad con su cordón umbilical.

08 diciembre 2005

PLAN CONCILIA

Quiero ser funcionario. Oiga, ministro Jordi, lo de los diez días por paternidad... ¿me los podría cobrar con carácter retroactivo? Y eso de salir a las seis de la tarde... ¡qué lujo, don Jordi! No me extraña que esté feliz “como ministro, como padre y como funcionario”. Aunque mi periódico considera en su editorial de hoy que esa conciliación de la vida laboral y familiar es insuficiente y electoralista. Claro, aquí nos lo montamos mucho mejor. Que entrevisten a mis hijas y verán lo contentas que están de compartir conmigo una hora al día, de 8 a 9, tiempo en que gestiono su despertar, su desayuno y su traslado al cole. Cuando las dejo en la puerta les digo: “Hala, hasta mañana”. Vamos, que están agotadas de ver a su padre. El “Plan Concilia” sólo afecta a la Administración General del Estado, así que habrá movidas por eso de los agravios comparativos. Lástima que el Gobierno no sea más ambicioso: si ampliara su propuesta a otros colectivos y, de paso, diera el voto a los inmigrantes -incluso a los “sin papeles”- podría estar en el machito por los siglos de los siglos. Piénselo, don Jordi.

06 diciembre 2005

LOS MATONES

Una cosa es dormir con el enemigo y otra muy distinta amancebarse con él. Eso vino a decir hoy ZP a un grupo de periodistas en el Congreso de los Diputados con motivo de la recepción ofrecida por el 27 cumpleaños de la Constitución. ¿Está preparándose el terreno este fino estratega de la política para cambiar de compañeros de cama? Cualquiera sabe. El caso es que los reproches del presidente a los matones de ERC sonaban casi como los de Arzalluz a los “chicos de la gasolina”. Tirón de orejas, y poco más. No le gusta que exijan al Rey que pida perdón por las víctimas de franquismo, que protesten ante las puertas de medios de comunicación o que sus cachorros celebren un acto para romper páginas de la Carta Magna. “Pero ERC representa a medio millón de ciudadanos catalanes y, por ello, hay que respetarlos”. Me encanta este tipo. Si no fuera porque es peligrosísimo hasta tendría un póster de él en mi habitación. Si no fuera porque los Carod-Rovira, Puigcercós, Tardá, Puig, Benach y compañía tienen muy clara su misión en la vida los tomaría como personajes de cómic.

01 diciembre 2005

MALDITA ROWLING

He ido al cine a ver la cuarta entrega de Harry Potter. Sesión de tarde, lo que significa niños aullando. Claro que algunos se han callado de golpe cuando la pantalla les ha soltado el sopapo del tráiler del “King Kong” de Peter Jackson. Había una madre en la fila de delante con una criatura de dos o tres años que se ha garantizado noches de insomnio para los próximos seis meses. Y Potter no es, precisamente, Winnie The Pooh. Así que los críos han tenido taza y media de terror. Aunque reconozco que los hay muy duros (tanto, que me dan miedo a mí). Yo a las mías, de momento, les evito estos tragos. La película mantiene el buen nivel de la saga en su versión cinematográfica. Los libros son otra cosa. Me he leído los dos primeros, y los filmes son superiores. Pero centrémonos. La envidia insana me corroe. Quiero ser J. K. Rowling. No me trago la leyenda que circula sobre ella -eso de que escribía sus cuentos en servilletas de papel y que la historia de Potter se le ocurrió en un bar donde penaba sus miserias y soledades-. Rowling sabía lo que se hacía. Metió en una coctelera a Dickens, Tolkien y C. S. Lewis y añadió de su cosecha a un joven aprendiz de mago. Genial. Y, después, carril. Libros, películas, videojuegos, mercadotecnia, bolos por todo el planeta, premios... Ahora tiene más pasta que la reina de Inglaterra, aunque no es eso lo que le envidio. No. Le envidio que haya podido cumplir su sueño y comprar la libertad de hacer lo que le venga en gana.

30 noviembre 2005

LA CULTURA DEL COMO SEA

Nuestro histórico presidente del Gobierno se retrató el otro día en la cumbre Euromediterránea para los que aún no se han caído del guindo. Resulta que la quintaesencia del talante es cerrar un texto o un acuerdo como sea, aunque se haga el ridículo más espantoso o llegue después la factura (de todos modos, estos tipos no suelen pagar los adeudos -¿eh, Montilla?- y, encima, se regodean; el problema es que acabamos pagándolos los demás). Las chapuzas que lleva hasta la fecha me preocupan relativamente, pero se me pone el vello como escarpias pensando en los proyectos que afronta Mister Bean para la recta final de la legislatura, porque me temo que acabará pactando con ETA como sea y aprobando el Estatuto catalán como sea. De todos modos no voy a profundizar en la penúltima cagada de Zetapé, que ya están ahí los tertulianos vocingleros para darle estopa, pero sí utilizarla como símbolo de estos tiempos. Ocurre, por ejemplo, en el trabajo. ¿Cuántas cosas están pilladas por los pelos o son fruto de la improvisación? Que levante el brazo el que no haya oído alguna vez esta frase u otra parecida: “Hay que sacar adelante el proyecto como sea. ¿Medios? Tú y tu sombra, y date con un canto en los dientes. Pero hazlo como sea”. Como sea con tal de no dar problemas. Como sea con tal de que no pongas en peligro el chiringuito del que manda. No veo brazos levantados, colegas. ¿Y qué pasa? Que si tienes un poco de vergüenza torera intentas algo digno y acabas robándole horas a la familia, al sueño, a la salud... Una compañera se queja del “sexo a deshoras”. Joder, más de uno se apuntaba a esa fórmula, porque la habitual entre los currantes con cierto recorrido vital (que incluye un matrimonio, al menos) es la del “sexo como sea”.

21 noviembre 2005

LA MALA EDUCACIÓN

De todas las sandeces que se están escribiendo en los últimos días sobre la ley educativa del Gobierno -la ya famosa LOE- por parte de los progres de guardarropía, la de Eduardo Mendoza hoy en “El País” es, por ahora, la más vomitiva que me he echado a la vista. He aquí un extracto: “La religión cuya enseñanza se reclama -es decir, la religión católica, apostólica y romana- pierde peso específico en España y lleva camino de convertirse en una secta, o en una secta de sectas, como la nación de naciones, frente a otras religiones de ámbito mundial (...). Durante varios siglos la Iglesia tuvo en España el monopolio de la educación y de sus aulas salió la clase dirigente más inculta, perezosa e incompetente del hemisferio occidental. Gracias a esto, este país no se ha visto libre de terribles episodios de violencia y odio, pero sí de la perturbadora lucha de clases (...). Del Estado sólo se espera un empleo fijo en el que encuentren acomodo la ineptitud y la holgazanería que una educación de sotana ha estampado en el genio de la raza o en los genes de la especie. Por esto es de justicia que ahora, al verse amenazada, la Iglesia católica saque en protesta a la calle a dos millones de personas. O a 100.000, según si la persona que hizo el cómputo aprendió a sumar en un colegio de curas o en la escuela laica de su barrio”. En fin, no sé por dónde empezar con este sujeto, que mancha su prestigio como escritor con bazofias como ésta; es que no hay por dónde cogerlo sin que me empape con sus babas de sectarismo. Me pregunto cuándo nos dejarán en paz los fanáticos de un color y de otro. El caso es que el PSOE, después de una LOGSE que superó con creces los “éxitos” de la educación de sotana a la que alude Mendoza, la ha vuelto a cagar con la LOE. Como el personal se ha cabreado y ha tomado la calle, los voceros del Gobierno han tocado la corneta: ¡A por los curas! Sinceramente, para mí no es relevante que a mis hijas les impartan o no religión en la escuela –mis creencias y mis dudas son un asunto íntimo que intento explicarles poco a poco y con honestidad; en cualquier caso, ellas decidirán en un futuro sobre la materia-; sí lo es poder elegir el centro donde quiero que estudien, que la educación que reciban sea de calidad y que el sistema no las convierta en unas inútiles irresponsables (aunque muy cívicas, eso sí). La excusa de la religión es como lo de “no hemos sabido vender nuestras reformas” o “el PP crispa” para explicar el batacazo que Zetapé y sus muchachos se están pegando en las encuestas. Fueran cien mil o dos millones los ciudadanos que se manifestaron contra la LOE en Madrid estoy convencido de que sólo un pequeño porcentaje estaba pensando en la asignatura de marras. No sé si la modernidad y la globalización liquidará a los católicos como sostiene el autor de "La ciudad de los prodigios", pero no me cabe duda de que los maestros que pasaron por su vida -religiosos o seglares- le dieron una mala, pésima educación.

20 noviembre 2005

EL RESPETO

A pesar de que no se compra, nos empeñamos en buscarlo en mercados, para más inri, equivocados: despachos y áticos nobles. El respeto no se consigue con dinero ni trapicheos, sino con honestidad, y es el mayor de los tesoros: más que un cargo, más que un título, más que un premio. Vale tanto porque es de las pocas cosas que uno se lleva a la tumba, aunque ahora los irlandeses se llevan el teléfono móvil por si acaso "despiertan". El respeto no se gana en un golpe de suerte, ni en una subasta, ni en un día, ni en una semana. Es lluvia fina, no chaparrón. Si es verdadero, se publicita poco. Se manifiesta más en una sonrisa, en una frase cariñosa o en pequeños gestos que en palmaditas en la espalda o ruidosos homenajes. Últimamente hablo con personas que se quejan de que les faltan al respeto; compañeros con una trayectoria profesional intachable que sienten que su trabajo es despreciado, o que se les utiliza para fines indecentes. La otra parte no se da cuenta de que tiene muy mal pronóstico, y que tarde o temprano el desaire volverá como un bumerán envenenado y le dará en las narices.

09 noviembre 2005

PRUDENCIA IRREVERENTE

Me han dicho ya dos o tres personas de las que gastan su tiempo leyendo estas letras (muchas gracias, chatos) que tenga cuidado con ciertos comentarios, que puede haber alguien malintencionado que me busque la ruina. Incluso una amiga me ha sugerido que me esconda detrás del apodo -Mike Muddy-, como hacía al principio. Os lo agradezco de veras, pero, sinceramente, no tengo motivos para cambiar de estrategia y sí argumentos para seguir adelante. El primero y más importante: éste es un espacio para la libertad (aunque no voy a sacar la guitarra como ZP para cantar temas de Simon & Garfunkel adaptados a su misal aconfesional), donde me expreso tal como soy, es decir, más falso que Judas :-) Segundo: necesito desahogarme, porque la vida es muy dura, y ciertas compañías, ni os cuento. Tercero: hay realidades irrefutables ante las que no puedo cerrar los ojos -las empresas explotan a sus trabajadores, hay buenos y malos compañeros (y algunos mediopensionistas), el periodismo es un negocio ruinoso, el presidente del Gobierno tiene sus limitaciones y el Estatut es una mierda-. Cuarto: no he matado a nadie (aún). Quinto: la prudencia sin un toque de irreverencia nos acerca a la pusilanimidad. Y no me querréis falto de valor, ¿verdad?
Mil gracias, siempre.

08 noviembre 2005

HERAS

Será un milagro que el contraanálisis diga lo contrario, así que todo parece indicar que la eritropoyetina se ha cargado a un nuevo héroe (¿o ha sido la estupidez?). Me duele que el ciclismo esté bajo sospecha mientras otros deportes con tramposos en nómina siguen explotando gestas y buena imagen en lugar de limpiar su cocina, pero eso no justifica los chutes para pedalear más rápido. Heras, nada menos. Nunca hubiera sospechado de él. Pero es que ya no te puedes fiar de nadie. Lo he entrevistado en un par de ocasiones, la última cerca de su pueblo, Béjar, cuando acababa de unirse a la troupe de Armstrong en vez de enfrentarse a él y morir en el intento de derrotarlo. Un tipo súperamable, discreto; una rareza en el deporte, lleno de vanidosos pagados de sí mismos, aunque los ciclistas son algo diferentes. De Heras me fastidia esa propensión a la melancolía que, tal vez, le haya privado de más éxitos. O tal vez no. Nunca lo sabremos, si el contraanálisis da positivo como me temo.

03 noviembre 2005

LA ILÓGICA DE LOS TIEMPOS

El príncipe Felipe confía en que su hija sea reina por la lógica de los tiempos. Si yo estuviera en su pellejo me preocuparía, y más después de ver la faena de Mister Bean el Diabólico y sus enanitos rejoneadores en el Congreso de los Diputados. Por el coche oficial, la gestión de los dineros y el sentimiento tribal lo que haga falta, incluso pasarse por el forro la Constitución. Qué imagen la de los enanitos del Estatut jugueteando con la ramita de romero y descojonándose, en el fondo, de todos los españoles, mientras Zetapé nos adormecía con su canto a la libertad, la tolerancia, el diálogo y el talante. Estos empleados nuestros ya no se conforman con meternos la mano en la cartera: pretenden romper el contrato en vigor, convertirse en patronos y hacernos comulgar con ruedas de molino por los siglos de los siglos. Es como si un fontanero no nos arreglara una fuga de agua, jodiera el resto de las tuberías, nos echara de casa a patadas y montara un parque acuático. Alucinante. La ilógica de los tiempos. El mundo al revés.

01 noviembre 2005

LA NOCHE EN QUE ME HICE REPUBLICANO (crónica apócrifa de una velada inolvidable)

"¡Me cago en la puta!".
Con éste van cuatro. El huracán Leonor que castiga a la canalla de la prensa y a cuatro curiosos henchidos del momento histórico ha colmado de agua el agujero donde un día hubo un árbol (¿lo habrá cortado Gallardón?), situado estratégicamente entre las plataformas usadas por los fotógrafos y cámaras de televisión para pillar lo que se menee, que es más bien poco (el culo de la madre de la princesa cuando llega al hospital). Como no se ve un pimiento, los que pasan por ahí meten la pata bien metida. "Consuélate, hombre, que yo tengo mojadas hasta las bragas", dice una compañera solidaria. La tipa no se ha caído de bruces al hoyo, es el cielo el que se ha caído de bruces sobre ella. Se le ha corrido el rímel y la tinta de sus apuntes, que son más bien pocos ("ha llegado la madre de la princesa..."). Qué manera de llover. Con viento racheado, que es como jode. Son cerca de las dos de la mañana y ya se ha ido Peñafiel después de hacerse unas fotos con las fans y de soltar su perorata. Mañana contará su experiencia heroica de diez minutos en la puerta del Ruber. Por cierto, se echó de menos a algunos clásicos que luego firmarán crónicas y harán caja en los programas de la tele. No faltó el típico friki gilipollas que contribuye a prestigiar nuestra profesión: esta vez era del programa de Buenafuente, y venía vestido con un albornoz blanco.
Son cerca de las dos, y la Leti ya ha parido, pero aún no lo sabemos y, la verdad, cunde el desánimo, porque la humedad que se ha enseñoreado de pies, piernas y entrepiernas amenaza con atacar los riñones, y eso ya es intolerable. "¡Vámonos de aquííí!", grita alguien. Unos niños que parecen personajes de Tim Burton (estamos en vísperas de Halloween) se acercan a la canalla a tocar las narices. "¿De qué tele sois? Hacedme una entrevista, por favor, para que me vea mi madre". La madre que te parió, sí. Y hablando de madres, pi-pi, pi-pi, mensajitos al móvil. Zarzuela informa. No a mí, que no sigo estas cosas, razón de más para enviarme aquí a pasar la noche. Pi-pi, pi-pi. Parió. Y es una niña.
Me llaman del periódico. Quieren que amplíe la crónica de ambiente que envié hace unas horas. Lógico. Aquí nos lo estamos pasando de puta madre. OK, la tenéis en veinte minutos. Saco la libretilla, que está hecha un cristo por el agua. Empieza a jarrear, claro. Y me estoy meando. Escribo: "El único bar abierto en la zona empieza a hacer su agosto...". Luego el Ayuntamiento multaría al propietario, hay que joderse; habría que levantarle un monumento: fue el único refugio que tuvo la prensa en mitad del diluvio, el dispensario de caldos y bocatas de chorizo.
Cuando llamo para dictar dos párrafos me tiembla todo el cuerpo, y no precisamente de emoción. Necesito un carajillo, pero cualquiera se mueve ahora, mira que si viene doña Sofía y me pilla en el bareto, pero lo que es inaplazable es el alivio de la vejiga. Recuerdo mi última visita al retrete del bar, hace dos horas. Entonces estaba inundado, así que ahora debe ser un bebedero de patos. Decido irme a la valla del campo de fútbol adyacente. Cómo llueve. Compañeros de género, ¿habéis intentado mear en mitad de un tembleque? Primero, encuéntratela. Segundo, agárratela. Tercero, intenta no hacértelo encima. Se ven las luces parpadeantes de un vehículo. "¡Que vienen los Reyes!", exclama otro alguien. Las luces se acercan. Es un camión de la basura. Un par de curretes con chubasquero amarillo empiezan a limpiar el campamento de los periodistas, pero al poco tiempo se dan por vencidos.
Pasadas las cuatro, los de Zarzuela nos llaman para entrar a un chiringuito que han montado junto al hospital para encontrarnos con el príncipe. El soplapollas del albornoz intenta colarse para seguir con la payasada. "Esto parece un casting, a ver si nos seleccionan", dice. No tiene tanta suerte. En la carpa, al menos, se está caliente. La tropa comenta que podían habernos reclutado mucho antes. Me siento en la primera fila. A mi lado está Sagrario Ruiz de Apodaca, que cubre el evento para TVE. Está pasada por agua como un servidor, pero sigue teniendo un aire de dignidad pija y yo estoy hecho unos zorros. Los fotógrafos, inasequibles al desaliento, se meten los codos para tener el mejor tiro posible. Saco la libretilla (creo que la enmarcaré cuando acabe todo) y apunto: "La noche en que me hice republicano".
Felipe aún nos hace esperar casi una hora, por lo que me da tiempo a esbozar algunas ideas para la crónica que, a buen seguro, tendré que escribir mañana -aunque mañana ya es hoy, me digo, beodo de cansancio-. Pequeños detalles que no se ven por televisión. Llega el príncipe cerca de las seis y suelta su rollo. Impecable, afeitado, duchado, hidratado. Emocionado. Normal. Yo también me emocioné de la hostia cuando mi mujer parió esas dos niñas que se cabrean porque trabajo mucho y... ¡joder, hay que largarse, que la parienta está a punto de levantarse para irse a currar y me tengo que quedar con las crías!
Adiós, Felipe.
Me voy, llego a casa, malas caras, qué horas son éstas, desayuno un poco, me acuesto, me duermo, me despierta mi hija pequeña media hora después, la meto conmigo en la cama, hala, cariño, duérmete un poquito más, no me hace caso pero al menos se está quieta, me duermo, me despierta mi hija mayor una hora después, la pequeña me dice que tiene "hambie", me levanto, les preparo el desayuno y les pongo una peli de dibujos, me acuesto, me duermo, se acaba la peli y me despiertan a dúo, me levanto, llamo a mi hermana, me acuesto, me duermo, me despiertan las niñas otra vez, papá, que llaman al timbre, me levanto, es mi hermana, se las empaqueto y se van de compras, me acuesto, doy más vueltas que una peonza, me levanto a las dos, como, me ducho, me voy a la redacción, no escribo ni una línea porque ya está todo el pescado vendido (tócate los huevos, y eso que yo fui el único que estuvo en la lonja), aun así limpio el pescado, abro este blog, pongo el título de esta crónica, apago el ordenador, me voy a casa de unos amigos donde se celebra una fiesta, veo a mis niñas disfrazadas de brujillas, entre todos se alían para echarme una bronca de aquí te espero, y digo, OK, vale, soy un pringado, pero soy vuestro jodido pringado, así que no me amarguéis el posparto.

30 octubre 2005

JETAS, S. A.

Están entre nosotros. Trabajan para el mismo patrón, pero actúan como sociedades anónimas. Hacen de su capa un sayo y no hay quien los meta en cintura. Peor aún: los jefes les justifican, no sé si porque les temen, porque pasan de tener problemas, porque ellos participan del mismo tinglado o por todo al mismo tiempo. Hay una frase, que alude al inmerecido prestigio del que gozan ciertos individuos, que me causa sonrojo: "Qué dices, hombre, si Fulanito rinde al máximo, tú no te pondrías en su lugar". Lo que no haría él es ponerse en el mío. Esos tipos cavan exclusivamente su huertecito; se aprovechan de la tribuna que les proporciona la empresa que les paga para sus negocios paralelos; se pasean por la oficina sentando cátedra o se hacen los "tontos invisibles"; se escapan a las primeras de cambio con la excusa más peregrina (o sin ella); van de bolos por ahí (algunos son auténticas "cajas registradoras"); los hay simpáticos, con la sangre avinagrada o autistas, y sacan la pancarta cuando les pides que arrimen el hombro. Un día, en una conversación de lavabo, le comenté a uno de esta especie lo cansado que estaba, pues llevaba doce días seguidos de marrón en marrón. "Qué me vas a contar", exclamó, mientras se la escurría frente a la letrina, "yo he tenido que doblar porque Menganito está de vacaciones". Estuve a punto de decirle que, a su ritmo, yo podría estar currando hasta el día en que las ranas críen pelo, pero me callé por vergüenza ajena. Lo trágico es que la cosa no tiene solución. Si a alguien se le ocurre alguna, por favor, que me escriba. Adoro las utopías.

26 octubre 2005

APOCALIPSIS AVIAR

¡Maldita sea, este año no voy a poder ir a Doñana a ver patos! Resulta que un ornitólogo ha avistado un macho de barnacla carinegra procedente de la tundra siberiana chapoteando en las marismas del Guadalquivir y, lo que es peor, cohabitando con una hembra de porrón moñudo. La pareja tenía el pico sospechosamente lleno de mocos. ¡Qué pesadilla! Esto es como "Los pájaros" de Hitchcock. Me veo perseguido por ánades, fochas, gansos y flamencos estornudando sus miasmas en mi nuca. ¿Habrá viales para todos? ¿Sobreviviremos? ¿Será preciso emigrar a Marte? ¿Es creíble todo esto, o alguien -por ejemplo, los laboratorios farmacéuticos- está montando el pollo con los pollos? En fin, hay 60 humanos muertos en Asia desde 2003, además de un loro en el Reino Unido (que no es Isabel II) por culpa de esta gripe. Bromas aparte, me gustaría que alguien que no fuera la ministra Salgado me explicara de verdad qué coño pasa. Mientras espero, recuerdo un apocalipsis real: 4.741 personas perdieron la vida en 2004 en las carreteras y vías urbanas españolas como consecuencia de los accidentes de tráfico.

19 octubre 2005

PERIODISMO DE BAJURA

Empezamos con los atlas de carreteras y manuales de jardinería; seguimos con enciclopedias, DVD, cristalerías, cruasanes y edredones, y acabaremos ofreciendo cartillas para servicios sexuales. Da igual. Si un lector medianamente serio y aficionado al tenis abre hoy el ABC y busca, por ejemplo, la información sobre el Masters Series de Madrid, se encontrará en las páginas de deportes un artículo firmado por Rosa Belmonte que, bajo el título "Estaba la pastora, lará, lará, larito", habla de la aparición estelar de Ana Obregón en el Madrid Arena; entonces le entrarán ganas de gritar "¡socorro!" y de no volver a comprar el periódico ni aunque le ofrezcan como anzuelo una vajilla de la dinastía Ming a un euro la pieza. La Belmonte le hará gracia a mucha gente, no lo dudo. Hace muy bien su trabajo y tiene buena pluma. Hay quien opina que la crónica frívola es imprescindible en un diario. OK. Mis respetos, que no mi admiración. Ésa queda para románticos de este tinglado, como Luis de Vega o Pablo Muñoz, que se están comiendo a pie de obra el marrón de los inmigrantes subsaharianos. Pero la bobada de la Obregón en las páginas de deportes no es de recibo. La Belmonte no tiene la culpa, claro. Lo que pasa es que hemos perdido el norte con los coleccionables y con las chorradas, le hemos perdido el respeto al lector. Le damos promos y primas en lugar de buenas historias. Los estrategas del márketing y los seudoescritores nos están arrinconando. Así nos va. Y parece que el asunto no tiene remedio. Cierto, compañeros de fatigas: como decía Hemingway, hay que dejar el periodismo a tiempo.

14 octubre 2005

GÁRATE

Me hice del Atleti en buena hora, a la edad en que se forjan nuestros héroes, cuando el fútbol era más deporte que negocio de venta de camisetas, ganábamos ligas de vez en cuando y, por encima de todo, jugaba Gárate, extraordinario delantero y un caballero dentro y fuera del campo. Que nadie me malinterprete: no es que hoy sea mala hora para hacerse del Atleti, es que lo es para aficionarse a ese fútbol de niños ricos y mimados que, por mucho que intente convencerme un amigo madridista, están muy lejos de cumplir con las expectativas que generan y de merecer los dineros que les pagan. Gárate forma parte de aquel equipo que plantó cara en la final de la Copa de Europa de 1974 al mejor Bayern de Múnich de la historia, donde jugaban Maier, Beckenbauer, Breitner, Hoeness y Muller. Yo tenía casi 10 años y sabía recitar de memoria la alineación del Atleti en aquel partido en blanco y negro que se jugó en el estadio de Heysel, en Bruselas, el día de San Isidro. Reina, Melo, Heredia, Eusebio, Capón, Adelardo, Luis, Irureta, Ufarte, Gárate y Salcedo. Aún recuerdo el maravilloso golpe franco que lanzó Luis en la prórroga: levantó los brazos antes de que el balón se clavara en la escuadra derecha de Maier. Y, por supuesto, el pelotazo desesperado de Swarzenbeck desde tropecientos metros, que empató el encuentro cuando agonizaba y me despertó bruscamente del sueño. Luego, en el partido de desempate, el Bayern nos despachó sin problemas (4-0) y empezó la "leyenda negra" del Atleti, la gilipollez ésa del "Pupas", algo que no he comprendido nunca, pues creo que la grandeza también se construye sobre los cimientos de algunas derrotas. Hoy he conocido personalmente a Gárate, que estaba de visita en el periódico, y me ha firmado una camiseta 31 años después del partido de su vida y de la mía, aunque no lo ganáramos. Los usos y costumbres han cambiado mucho en este tiempo. Gárate se sorprende, por ejemplo, de que Fernando Torres tenga su propio jefe de prensa. A lo largo de mi carrera he entrevistado a algunos deportistas perdonavidas que no podían disimular su desprecio por mi trabajo. Modelos publicitarios, carne de papel couché, galácticos multimillonarios, chulos de discoteca. Gárate sólo era un gran futbolista. Ni más ni menos. Se deshizo en agradecimientos porque me acordara de él, porque le pidiera esa dedicatoria ("para un atlético con el corazón a rayas"), cuando el agradecido tenía que ser yo por devolverme, durante un instante, a la patria de mi infancia, cuando él era mi héroe.

11 octubre 2005

EL MUNDO DUELE

Pueblos guatemaltecos sepultados por el lodo, una generación de pakistaníes enterrada bajo los escombros, miles de subsaharianos pisoteados por el hambre y la indignidad. Medio mundo está muerto, y el otro medio calla como un muerto. O si habla es para soltar discursitos de catálogo. Para contar lo que hay que hacer, pero no se hace, y dudo que se haga alguna vez. ¡Qué cruel es regresar al sur de un sueño con las manos heridas y esposadas! Mi mayor problema hoy es que llegaré tarde a casa, como casi siempre, por culpa del trabajo. Me quejo porque acabo a las tantas después de escribir o editar textos sobre gente que no tiene donde caerse muerta. Y soy un jodido privilegiado por haber nacido a este lado de la valla. El mundo duele, sí. Pero más a ellos.

10 octubre 2005

EL GATO Y EL POLLINO (y II)

Josep Maria, mi anfitrión en la casa rural suspendida en la montaña leridana, me contó una divertida historia del Pallars Sobirà, donde, como ocurre en todas partes, hay piques entre pueblos vecinos, lo que demuestra que la gente tiene su patria en un puñado de hectáreas, o a veces en sus zapatos, y que eso del nacionalismo es un negocio de unos cuantos para seguir viviendo del contribuyente. Resulta que a un vecino de Esterri d'Aneu se le murió el burro. Llegó a sus oídos que los mejores "pollins" catalanes se criaban en el valle de Cardós, concretamente en Lleret, así que cogió la mochila y el bastón y allá que se fue, monte arriba, monte abajo, y llegando a su destino se encontró con uno del pueblo y le preguntó: "¿Dónde puedo comprar un buen burro?". "Aquí tenemos los pollins más exclusivos", le contestó, y le tendió una calabaza asegurándole que eso era "un huevo de pollin". "Llévelo con cuidado, y cuando llegue a casa le pide a su mujer que lo empolle durante unas semanas". El de Esterri, después de aflojar un pastón -aunque las prestaciones del futuro pollin, sin duda, le compensarían, pues sería un burro galáctico-, cogió el camino de vuelta con el "huevo" a cuestas. Pero bajando hacia el valle, tropezó con la raíz de un árbol y se le cayó la calabaza, que rodó y rodó hasta chocar con una roca, rompiéndose en mil pedazos. En esto, una liebre que estaba escondida detrás de la piedra echó a correr como alma que lleva el diablo. Al verla, nuestro hombre exclamó: "¡Joder, sí que son espabilados estos pollins!".
Pues mira, Josep Maria, que me parece que Carod piensa que yo soy como el de Esterri, y me quiere vender un Estatut-calabaza como si fuera un pollin con denominación de origen, y por ahí sí que no paso. Seré un cavernícola, pero no soy gilipollas. Así que regreso a mi cueva a terminar el grafito anti-Estatut, porque -lo mire como lo mire, me cuenten lo que me cuenten- Cataluña es España. Qué le vamos a hacer.

07 octubre 2005

EL GATO Y EL POLLINO (I)

Saludos desde la caverna. Voy a acabar un grafito rupestre contra el Estatut y me acerco al Manzanares a cazar un mamut. Con suerte, igual me encuentro por allí a Mas, Duran, Benach, Maragall y Carod-Rovira, de visita por estos pagos, y me catequizan, me rescatan de mis miserias y errores de cavernícola castellano. Aparte de por su inteligencia, estos personajes destacan, como algunos de sus paisanos, por hacer tunning en los vehículos con burros catalanes y con gatos (por CAT de cataluña y de gato en inglés, qué original, ¿verdad?) como respuesta a los españolistas que ponen la pegatina del toro, una horterada sea dicho de paso. ¿Sabrán estos tipos que a los madrileños nos llaman gatos? Lo siento, pero es así desde el siglo XI, cuando las tropas de Alfonso VI tomaron Magerit a los moros. En pleno asalto, un soldado trepó ágilmente por la muralla, hincando la daga en las juntas de la piedra, y puso la bandera cristiana en lo alto de un torreón. Sus compañeros, pasmados por tamaña habilidad, exclamaron que parecía un gato. Y así se nos quedó el mote. En "La Gatomaquia", publicada en 1634, Lope de Vega describió la gracia de los gatos de Madrid en un tiempo en que "apenas hubo teja o chimenea sin gato enamorado". Me molan esas pegatinas de gatos, quiero una, Carod, porque soy hijo de Madrid, soy gato enamorado de la luna. Voy a decirle a Gallardón que os robe la idea. Vosotros quedáos con el simpático pollino. De buen rollo, ¿eh?, que no soy catalanofóbico. Lo demuestro: mi equipo es el Atleti, así que tenemos un enemigo común. Y durante mis últimas vacaciones fui feliz en un pueblecito del valle de Cardós, en el Pallars Sobirà, donde me trataron de lujo. Y como prueba de buena voluntad dejo el grafito sin acabar, me voy al río a ver si me convencen los catequistas. Ya os contaré.

05 octubre 2005

MISTER BEAN EL DIABÓLICO

La sospecha ha ido creciendo hasta convertirse en una evidencia del tamaño de la Vía Láctea: nos gobierna un idiota. Con la que está cayendo (Estatut catalán, asaltos de subsaharianos a nuestra frontera sur, por no hablar de culebrones en "standby", como la "pacificación" del País Vasco), las últimas fotos que he visto del personaje son: 1. Posando con cara de póker con el primer ministro marroquí, Driss Yetú, en la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos (por cierto, el gesto del tal Yetú es de descojono después de que Zetapé no tuviera huevos de defender a preguntas de la prensa la españolidad de Ceuta y Melilla), y 2. Boquiabierto ante un plato de pulpo a feira en su visita de estos días a la Galicia recientemente conquistada para su causa. Desde Fernando VII no nos había gobernado un bobo de tal calibre, aunque aquel nos vendió a Napoleón y Zetapé a Carod-Rovira. Sin embargo, lo más desasosegante es el lado oscuro de este Mister Bean, la cara B, que la imagino como la cara de Chucky, el muñeco diabólico. Cejas para ello hay. Al sobrino de una compañera le da pánico cuando lo ve en televisión, para disgusto del abuelo, que es progre de toda la vida. Como lo oyen. Es que no hay nada peor que un idiota malvado, de esos que les da por pensar. De ésta no nos saca ni el Rey, ni Benedicto ni la Virgen de Cortes, por mucho que le rece Bono.

28 septiembre 2005

FERNANDO ALONSO

Mi ídolo de siempre en las carreras fue Senna, y tras su muerte me cogí tal disgusto que medio abandoné la F1. Me encantaban su carisma y su agresividad, y me jodía que un tipo como Prost, con la calculadora siempre en la mano y mejor vehículo, le ganase al principio, pero cuando tuvo una buena herramienta el brasileño puso las cosas en su sitio. Hasta que se estrelló. En los últimos años, la competición se había convertido casi en un paseo funcionarial por parte de Schumacher, y qué quieren que les diga, a mí estos largos reinados me molan cuando el del cetro es uno de los nuestros, como Induráin. Tipos como Armstrong o "Schumi" llegan a resultar pesados. En esto llegó Alonso y me reenganchó al circo. Pero ni siquiera con un campeón del mundo de Fórmula 1 los españoles nos ponemos de acuerdo. En los últimos días he tenido discusiones con gente que cuestiona su calidad: que si no arriesga nada, que es como Prost, que Raikkonen es mejor, que si va a ser flor de un día, que es injusto que le hayan dado el Premio Príncipe de Asturias... No soy un experto, sólo un aficionado, pero así veo las cosas: no creo que el piloto que arrasó en Malasia o en Bahrein, que persiguió como un perro de presa a Kimi en Nurburgring o que resistió el envite final de los "aviones que vuelan bajo" (por los McLaren) sea un "okupa" en el interregno entre un gran campeón y otro. Alonso es un virtuoso de mi fórmula preferida para la vida: magia con precisión. Cuando el pasado domingo, después del GP de Brasil, le oí gritar por televisión "¡Toma!, ¡toma! y ¡toma!" me acordé de aquellos que practican el deporte en el que no tenemos rival conocido en el sistema solar: la envidia.

21 septiembre 2005

VAMOS A MENOS

"La cultura ha sido sustituida por su simulacro mediático y nadie o muy pocos elevan la voz contra ese estado de cosas". "Una buena promoción suple con creces la baratija impresa y atenúa el hedor de lo manido y rancio con un buen empaquetado de regalo de Nina Ricci o Dior". Lo escribió Juan Goytisolo (El País, 10-1-2001) al hilo de la decisión del jurado del Premio Cervantes de hace cinco años, un despropósito que "se inscribe en un cuadro genérico de premios, recompensas, medallas, galardones, ditirambos y propaganda desaforada destinados a transformar en obras de arte unos partos de mediocridad escasamente áurea cuando no atentados mortales a la inteligencia y el buen gusto". Es evidente que Goytisolo estaba muy cabreado, pero yo no voy a entrar a valorar si ese Cervantes fue justo o no, ni siquiera recuerdo a quién se lo dieron, porque lo que me interesó entonces, y me interesa ahora, es el fondo del asunto. Hoy lo comentaba en una comida con una compañera. "Vamos a menos", se titulaba el artículo. Y, un lustro después, vamos a muchísimo menos. En cultura, por supuesto, donde el ombliguismo, la subvención, el "yo te admiro, tú me admiras" no da para mucho más que torrentes, "guerracivilismo" y dramones fotocopiados. Pero también en política, donde el nivel es esperpéntico: me pregunto de qué podrían vivir ciertos personajes si no tuvieran ese pesebre, y me admiro de la paciencia infinita de los contribuyentes, cuyas preocupaciones están a años luz del debate de moda sobre nuestro pasado neolítico. En educación, donde las comparativas con otros países suelen dejarnos muy malparados, por muy "wapos" o "indies" que se crean nuestros jóvenes estudiantes. Y, en definitiva, en relaciones humanas y calidad de vida: estamos tan enfrascados en trepar o en no despeñarnos que muchas veces no nos acordamos de que las arenas del tiempo caen, y caen... y nadie dará la vuelta al reloj para volver a empezar.

18 septiembre 2005

LA TRAMPA

Ayer un tipo con cargo y despacho me dijo que el trabajo bien hecho, al final, obtiene mayor recompensa que las reivindicaciones sindicalistas. Le contesté que hace tiempo que me he caído del guindo. Conozco a algunas personas que llevan años apostando por la excelencia y la rentabilidad cuyo premio ha consistido, básicamente, en estar a las órdenes de una pandilla de mediocres que se aprovechan del talento ajeno. No sólo no han obtenido el merecido reconocimiento, sino que en algún momento de su carrera los imbéciles que les mandan han intentado su descarrilamiento. Ocurre cuando esos trabajadores muestran algún signo de debilidad (por ejemplo, intentar conjugar vida laboral y familiar) o cuando los de arriba deciden que "sobra gente" y pillan a algún despistado en mitad de la riada. En estas operaciones siempre hay un jefe de recursos humanos que aparece como el malo de la película; un individuo con corbata de Hermès que no tiene ni media hostia, pero que aplica a sangre fría la filosofía de Don Corleone: "No es nada personal, sólo son negocios". Pero, al menos en mi trabajo, alguien le tiene que poner el cascabel al gato, porque el tipo de recursos humanos no suele conocer a la víctima. Casi siempre es algún subdirector o director adjunto con consigna de la casa, los de la palmadita en la espalda cuando cumples como un campeón y el "a mí no me chantajees" cuando les pides que mejoren tu vida. Entre unos y otros perpetran la trampa, no porque sean más listos, sino porque tienen más tiempo: un contrato con una empresa fantasma, una notificación sobre un cambio de horario... El peligro es que el esforzado currante se lo tome por lo personal, que se rasgue las vestiduras, que se deprima, que se pregunte "por qué me pasa esto a mí": bajará la guardia y será aún más vulnerable. Sólo cuando mete la cabeza en la nevera y se pone a la altura de un auténtico hijo de puta está en disposición de presentar batalla. Espero que una amiga que está hoy en este brete sea capaz de salir airosa.

17 septiembre 2005

BLINDAR EL EBRO

Exclusiva mundial: Marcelino Iglesias, presidente de la Tribu de Aragón, tiene las escrituras de propiedad del Ebro que, según estudié hace décadas, "es un río que nace en Fontibre, muy cerca de Peña-Labra; su curso al Este dirige, regando luego a Miranda. Pasa después por Logroño y Tudela de Navarra, y al llegar a Zaragoza el Gállego se le abraza. Sigue su curso al Sureste y por Mequinenza pasa, donde el Segre, por la izquierda, le proporciona sus aguas. Llega por fin a Tortosa donde su curso se acaba, y en el mar Mediterráneo penetra por bocas varias. Del Ebro son afluentes el Egea y el Aragón, el Guadalope y el Segre, el Gállego y el Jalón". Lo que no venía en mi libro de la época de los Chiripitifláuticos es que Marcelino era el dueño del Ebro y, claro, se mira pero no se bebe, a excepción de Carod. Para dejar las cosas claras ha propuesto que ese blindaje se incluya en la reforma del estatuto aragonés, que como todo el mundo sabe es el documento por el que suspiran los maños, vamos, que lo necesitan más que el comer. Si hasta la Pilarica vive sin vivir en ella por el estatuto. Hace unos días el impagable Eduardo Martínez de Pisón me contó que en una visita al Ebro comprobó, horrorizado, la degradación de sus sotos, invadidos por desperdicios de la civilización. Me pregunto si el propietario del río está al corriente de esto, o si los tipos que se manifiestan contra el trasvase hacen algo de verdad para proteger esa arteria de vida. De niño también aprendí que éste era el río más caudaloso de España. Ojalá fuera lo suficientemente profundo para que las ballenas lo remontaran para reclamar su propiedad y, de paso, para que alguna se tragara al tal Marcelino, como le pasó a Jonás. ¿Tres días y tres noches en la barriga del cetáceo le bastarían para entrar en razón?

12 septiembre 2005

EL CIRCO DE LAS TRIBUS

Está hoy en las portadas de todos los periódicos. El tonto del talante con los 19 jefes de las tribus de ex España. Menudos ladrillazos soltamos, lo que es un milagro es que la gente siga comprando prensa. Ayer lucía una mañana espléndida en Madrid. Como los 19 jefes traían su séquito mediático y las horas pasaban lentas, a algunos de la tribu madrileña nos dio por vender patria a los periféricos: el Foro no es sólo el "circuito Gallardón", chatos, está la Plaza de Oriente con sus terracitas, o el Retiro con sus titiriteros, o el Rastro con sus bulliciosos puestos, o "El Brillante" con sus raciones de calamares. Lo que os estáis (nos estamos) perdiendo, esperando aquí como gilipollas en esta hoguera de vanidades cuya lumbre no nos alcanza, dejándonos tomar el pelo de mala manera. ¿Realmente alguien piensa que la Conferencia de las Tribus organizada por Zetapé el de la Sonrisa Boba le interesa a alguien? Pero nosotros, a lo nuestro, 600 incautos echando la mañanita del sábado en los pasillos del Senado, seis horas, seis, a plomo, y después unos minutos de carnaza para poder justificar el ridículo (¡hay compañeros que se cruzaron media ex España para escuchar al presidente de su autonomía soltar un escueto discursito, y no pudieron disfrutar de un vermú en alguna tasca!). Zetapé ni siquiera admitió preguntas en su rueda de prensa (ex España no va bien, VA COJONUDA), y se fue echando leches porque ya le estaba dando a los Reyes un plantón de dos horas. Nos quedamos con un palmo de narices. Nos está bien empleado, pensé, por participar en este circo donde los enanos ya no crecen. Están crecidos.

12 agosto 2005

EL MESÍAS

Supongo que es fácil predicar con la billetera llena, pero lo es más hacer caja y no decir esta boca es mía. A lo mejor el tipo persigue de verdad el Nobel de la Paz y colmar hasta los topes el vaso de su ego. O es un iluso sin remedio (cosa que dudo). El caso es que el mesías volvió a soltar ayer su carismático sermón ante 50.000 personas en el estadio Vicente Calderón. A ser buenos, chicos, a solidarizarse con los pobres. Las religiones coexisten. De paso, cantó un puñado de grandes canciones que forman parte de la banda sonora de mi vida. Yo fui a verlo justo por esto, no por lo otro, después de mendigar una entrada entre todos mis contactos, y los padres, hermanos y primos de mis contactos, ya que conseguir un pase para estos conciertos se ha convertido en algo más difícil que hollar el Everest y el K-2 la misma temporada, sin oxígeno y en plena ventisca. Antes llegabas, hacías una cola más o menos razonable en tu tienda de discos y conseguías el boleto o los boletos (me encantaba cómo los recortaban del taco, su tacto y su diseño más artesanal; ahora los imprimen desde un ordenador y tienen un aspecto patético). Hoy te consumes marcando durante horas un 902 o buscando un hueco imposible en el atascado ciberespacio, o sufriendo una cola infernal en el único establecimiento de la ciudad (pongamos que hablo de Madrid) donde se ponen a la venta. Pero esto es otra historia. Estábamos hablando de Bono y de su banda, U2. Ayer acudí a mi cuarta cita con ellos. 1987, 1993, 1997 y 2005. Y sí, volví a emocionarme; no tanto como en aquel mítico concierto del 87, en el Bernabéu, cuando hubo más música y menos sermón, pero "With or without you", "Sunday bloody Sunday", "In the name of love", "New Year's Day", entre otros temas, volvieron a tocarme la fibra. Me sobró tanto discursito bienintencionado -tío, pertenezco a dos ONG, soy bueno con mi prójimo y me cuesta un pastón tu recital (y mi sueldo no es el tuyo)- y me faltó la gente con la que compartí esos otros conciertos, que se quedó sin entradas. Les llamé al móvil para que escucharan, al menos, un pedacito de esa banda sonora de nuestras vidas.

07 agosto 2005

EL 7

Me gusta el 7. Hoy es 7 de agosto, un buen día para empezar algunas cosas y para dejar otras. Lo que no me gusta es llevar 7 días seguidos trabajando a un ritmo que hace que me olvide que soy algo más que un periodista encabronado con su profesión. Ésa es una de las cosas que me encantaría dejar hoy mismo. Le diría a mis jefes (tengo muchos): "Eh, capullos, que la vida pasa, así que me largo antes de que la mía se consuma en el cenicero que se ha convertido este periódico para mí". Me largo, sí, a la patria de mi infancia, donde los sueños brillaban inmaculados: imaginar, viajar, escribir... y seguir soñando.
Acaba de despedirse una compañera comedora de marrones como yo: "Hasta la semana que viene", ha dicho. Y la semana que viene es mañana, lunes, suma y sigue, 8 de agosto, 8 días seguidos trabajando, más ceniza... Y, para colmo, el 8 no me gusta.
Ah, lo que he empezado es Pueblo de Ballenas. Algo es algo.