Hojeo con delectación El País Semanal de ayer. Un monográfico donde cien ciudadanos cuentan sus vidas en plena crisis a otros tantos periodistas y colaboradores del periódico. "Un viaje por la geografía humana del país", dice la pomposa introducción. Javier, repartidor de bombonas de butano, le aclara a Boris Izaguirre que lo de los butaneros y las amas de casa es una leyenda urbana. Descubrimos además que bajo la sudadera de Repsol el esforzado profesional lleva una única hombrera naranja, el secreto mejor guardado de un butanero, clave para proteger su hombro del peso de la bombona. Podemos imaginarnos a Boris relamiéndose. Entre los ciudadanos seleccionados hay de todo, desde una gogó a una monja, y está José Luis, de profesión líder planetario. José Luis ha recibido en su casa a un ama de casa, una estudiante, una desempleada y un bombero. "Pasad, pasad por aquí. Sentaos. Aquí es donde recibo a presidentes de Gobierno... y a los banqueros". El periodista que cubre la reunión ofrece un dato esencial del personaje: "A pesar del azote de la peor tormenta económica de las últimas décadas, el presidente goza de buen aspecto esta calurosa tarde".
Más. En la sección "La imagen" aparece un bebé en una incubadora apretándose un biberón. En el largo pie de foto, Juan José Millás se sorprende de que el crío, "guapísimo" y, en apariencia, "muy sano", esté metido en esa caja de plástico. Metáfora de España: "Tenemos algo de país joven, de país recién nacido (...). Quizá hemos nacido prematuramente al capitalismo salvaje y nos han metido en el útero artificial, para completar el proceso (...). Hay mucha vitalidad en esa mirada, mucho coraje en esos dedos que ensayan la construcción del puño, mucha hambre en esa boca. O sea, que saldremos adelante". Mola. El bebé prematuro por el que la ministra Aído no daría un duro se convierte, para Millás, en el símbolo de la España de Zapatero. "Gobernados por socialistas, nos administra el biberón una matrona capitalista. La combinación parece imposible, pero no sería correcto mostrarse pesimista frente al espectáculo de un bebé tan seductor". Claro que no. Saldremos adelante con el ciudadano José Luis.
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